Por Guillermo Cherashny.-

Pocos creían que Mauricio Macri, un empresario devenido en político, podría lograr algo que hasta ahora no pudo ningún político, incluyendo un líder de la talla de Raúl Alfonsín. En efecto, ni el primer presidente de la democracia ni el centenario partido radical pudieron domesticarla desde 1994, fecha de la aparición en política de Lilita Carrió como convencional constituyente. Así fue que, desde fundo la Coalición Cívica, tuvo como aliados al socialismo, a Margarita Stolbizer, Patricia Bullrich y varios intelectuales más, con los cuales tuvo diferencias y los dejó de lado o la dejaron, y lo mismo con numerosos dirigentes de la Coalición Cívica, a tal punto que en el 2011 obtuvo el 1,8% a nivel nacional, después que en el 2007 saliera segunda con el 24% contra Cristina Fernández, donde no tuvo fiscales, por lo cual seguramente obtuvo muchos más votos. En el 2013, sorprendió generando UNEN con Fernando Solanas, Alfonso Prat Gay, Ricardo Gil Lavedra y Martín Lousteau, donde obtuvo un digno segundo puesto detrás del PRO con más del 30% en la Capital Federal.

La historia actual es conocida; junto con Ernesto Sanz y Mauricio Macri fundaron Cambiemos y ganaron en el 2015, y al poco tiempo rompió lanzas con Ernesto Sanz pero día a día fue mejorando el feeling con el Presidente y Juliana Awada, convirtiéndose en la principal defensora de las políticas del Gobierno y también defendiendo al presidente de acusaciones de corrupción como los Panama Papers y el correo. Criticó a María Eugenia Vidal porque no la dejó ser candidata a senadora y eso la distanció, aunque igual tiene muy buena relación con la gobernadora y encontró su lugar en el mundo en la Capital Federal, donde encabezó la lista de diputados nacionales por ese distrito obteniendo más del 50% de los votos, en una gran sintonía con Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli, como lo demostró en la cena de su instituto Hanna Arendt, donde convocó a todo el PRO y parte de la UCR. Pero el sábado estalló cuando se enteró del acuerdo entre Daniel Angelici y Enrique Nosiglia por la UCR Capital, que tenía como segunda finalidad que Martín Lousteau y Carla Carrizo ingresen al interbloque Cambiemos, a lo que se opuso terminantemente, por lo cual éste tuvo que formar un bloque aparte y seguramente el Presidente y Rodríguez Larreta avalaron esta posición de Carrió dejándolo solo a Angelici, quien no obstante es un íntimo amigo y estrecho operador del Presidente en la Justicia.

Ayer había una expectativa de que Carrió se opusiera a la reforma previsional, teniendo en cuenta que ya había criticado un intento de la subjefatura de gabinete de modificar suavemente la fórmula de actualización; sin embargo, en declaraciones posteriores, avaló la reforma propuesta en las jubilaciones que encaró Cambiemos, lo que demuestra la habilidad del «inexperto» Mauricio Macri para mantenerla dentro del redil.

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