Por Sebastián Dumont.-

Las declaraciones de Mauricio Macri sobre Sergio Massa este domingo pasado en el programa La Cornisa parecen haber sido el corolario de unas semanas donde se llevó al máximo la tensión entre el presidente y el líder del Frente Renovador, que parecían tener una buena relación política desde el mismo diciembre. Sin embargo, hay varias teorías sobre la verdad de este punto y quizá se esconda detrás una jugadas de las tantas que hay en la política para hacer equilibrio entre todas las partes de Cambiemos.

Hay una realidad inocultable. El acuerdo de Massa con Vidal en la provincia y su buena sintonía con Macri en la Nación, provocaron el enojo de los socios radicales de Cambiemos. Es por ello que hay que entender, en parte, lo sucedido en el senado bonaerense la semana pasada. El radicalismo se tomó venganza por lo que habían acordado Massa y Vidal.

Pero hay quienes sostienen que, en realidad, Massa ya sabía que no podía tener el mismo acuerdo en el senado que en diputados, donde se quedó con la presidencia y mucho más. Entonces, ante esa realidad, mandó a tensionar la cuerda para evitar reconocer ante sus propios que era imposible replicar los acuerdos. La mejor manera era enojarse y levantar el mantel. Casi al estilo de Frank Underwood, en House of Cards, cuando se siente atrapado entre dos opciones que no le gustan, decide tirar del mantel.

De todas maneras, las internas existen. Ha comenzado a crecer una linea interna cercana a Vidal que sostiene, ante el futuro electoral, que es momento de empezar a definir las cosas. Quién juega en uno u otro lado. Son los que sostienen que es un error alimentar a Massa cuando se convertirá en rival el año próximo. Es un juego de pinzas, ya que todos se necesitan. Al menos hasta las próximas elecciones. La idea de comer soldados de a uno es una tarea que Cambiemos aún no puso en marcha en la provincia de Buenos Aires. Quizá comience pronto. Evaluar se evalúa.

Otro dato sustancial se da entre el presidente de la Cámara de diputados Emilio Monzó y la gobernadora María Eugenia Vidal. La relación es distante y por lo bajo, le critican a la mandataria provincial las amplitudes del entendimiento con Massa que no se replican en lo nacional. No es casualidad que el fin de semana se haya escrito mucho sobre el tema y la propia gobernadora habría dicho: “No hay acuerdo provincial sin acuerdo nacional”.

Es verdad que Massa por momentos acelera más de la cuenta. Y que quiere jugar en todas las canchas. Es su naturaleza. Cualquiera que se siente a negociar con él debe ir con el libreto aprendido. Para luego no desilusionarse. Estas idas y vueltas hacen que enfríen la relación, incluso, con intendentes y legisladores de su propio espacio.

Pero la sangre no llegaría al río. De hecho, Massa anunció que dará quorúm para votar las leyes que necesita el ejecutivo en su acuerdo con los fondos buitre.

Hay más. Dentro de Cambiemos sostienen que los dichos de Macri sobre Massa podrían haber estado orientados a calmar las ansiedades de Ernesto Sanz y Lilita Carrió. Y que el vínculo político sigue intacto entre ambos. Es una teoría. La otra, que suscriben muchos otros cerca de Macri, es que la relación ya no tiene retorno.

Nada puede ser tomado como tajante. Mucho menos en política. Si hasta es posible que vayan todos juntos en 2017 para terminar con el kirchnerismo. Una posibilidad ya fue adelantada en este portal: Massa-Stolbizer senadores, y Jorge Macri encabezando la lista de diputados nacionales. El tiempo dirá.

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