Por Guillermo Cherashny.-

Poco disfrutó el gobierno con la caída de la sesión el jueves pasado porque, si bien le gustó que el kirchnerismo mordiera nuevamente el polvo de la derrota, es consciente de que el proyecto de Sergio Massa que contempla la doble indemnización en los despidos, le tiene más miedo aún a la propuesta de incentivos a las Pymes, que proyecta subsidios a los nuevos empleos de jóvenes y a los mayores de 50 años.

Para los economistas del gobierno, la propuesta del líder del Frente Renovador tiene un alto costo fiscal, al igual que su planteo de eliminar el impuesto a las ganancias a la cuarta categoría, a la cual el macrismo se niega a tratar hasta el año que viene. Sin embargo, no le molesta subsidiar a la compañías petroleras por cerca de 5.000 millones de dólares, como negociaron el ministro sin cartera Nicolás Caputo con Carlos Bulgheroni y donde lo dejaron afuera a Juanjo Aranguren, el ministro de Energía, que no tuvo el decoro de renunciar en forma indeclinable. Y lo mismo ocurre con los 1.500 millones de dólares que cuestan las armadurías de Tierra del Fuego, donde Nicolás Caputo tiene su empresa Mirgor, que obtiene jugosas ganancias a costa del estado y que le permitieron convertirse en vicepresidente del Merval y además obtener dos obras públicas, una en Nación con Caputo S.A., y otra en ciudad con otra empresa suya como es CES S.A.

Todo se trata de prioridades. En vez fomentar el alicaído consumo, el presidente prefiere subsidiar a empresarios prebendarios como lo fue él antes de dedicarse a la política. Pero ahora el enemigo es Massa, porque esperaba ansioso que se dividiera el bloque de diputados nacionales del Frente Renovador. Pero no sólo no ocurrió sino que el ex intendente de Tigre salió muy fortalecido y en posición de convencer a los demás bloques para que apoyen su propuesta. Monzó y Massot pueden «convencer» a otros bloques para que no apoyen al Frente Renovador pero será también con costo de recursos que deberá proveer Rogelio Frigerio, el ministro del interior, con gobernadores peronistas o aliados. Así, San Luis, Neuquén y Santiago del Estero cobrarán en obras el doble de lo esperado, es decir en primer lugar, por no darles quórum a los K y segundo, por no apoyar a Sergio Massa.

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