Por Carlos Tórtora.-

Antes de iniciar su gira a China y Qatar, Mauricio Macri se dio tiempo para analizar el principal problema electoral del PRO de cara al 2017: la carencia de un candidato ganador para el cargo que simbolizará el triunfo o la derrota en las elecciones legislativas. Esto es, la senaduría nacional por Buenos Aires.

La caída de la imagen presidencial en la principal provincia contrasta con los altos índices de María Eugenia Vidal y, de algún modo devalúa a Jorge Macri como candidato a senador, ya que es el apellido el que está en baja. En cuanto a otra precandidata, Elisa Carrió, su imagen negativa es muy alta y tiene garantizado que no la votará ningún sector del peronismo.

Si bien Sergio Massa, en sus interminables fintas, insinúa que no se presentará y que impulsará una boleta con Margarita Stolbizer y Malena Galmarini, todo esto es muy vidrioso. Sí se calcula que estará en carrera CFK y tal vez Florencio Randazzo.

El problema para el macrismo es uno solo: cómo capitalizar los números de Vidal tratando de que ésta le traspase sus votos a otro. Según algunos consultores, el único modo de que esto ocurra es que el candidato en cuestión sea una figura   nueva y sin imagen negativa como lo era inicialmente la gobernadora. Es decir, alguien ajeno a las lides electorales.

La elección, en una primera selección, habría recaído en el Ministro de Educación Esteban Bullrich, muy poco conocido entre los bonaerenses. Este se habría mostrado sorprendido por la idea de Macri pero estaría dispuesto a convertirse en el pupilo de Vidal como un genuino exponente de la nueva política. Su candidatura, estiman en el laboratorio del macrismo,podría dejar descolocada a Stolbizer y a otros.

La vuelta de Carrió

En cambio, para la Capital, el presidente pensaría en recurrir a la ya probada receta de Carrió para encabezar la lista de diputados, lugar que -con denuedo- disputa Patricia Bullrich, aunque cada vez con menos éxito. La eventual salida de Carrió de la interna bonaerense sería un bálsamo para Vidal y el macrismo en general, que sufren con las incursiones denuncialistas de la diputada.

En el caso de Carrió, se ignora si aceptaría la propuesta de volver a Capital.

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