Por Carlos Tórtora.-

El macrismo ya cuenta con una base de indicadores favorables como para intentar poner en marcha un veranito económico que le evite perder las PASO del 11 de agosto, como indican hoy la mayor parte de las encuestas. A la baja de la inflación se le suma la baja de la tasa de las LELIQs, la caída del dólar, la aprobación de la revisión del FMI y el ingreso de U$S 4500 millones. Por otra parte, con el AHORA 12 se empezó a mover algo el consumo minorista de junio. Este apuro del oficialismo se justifica: un triunfo K en las PASO no decidiría nada pero crearía una tendencia para la primera vuelta.

EL PANPERONISMO

En realidad, la mesa chica de Macri temería un pacto panperonista. Esto es, que Roberto Lavagna abandone su candidatura a presidente para aceptar el ministerio de economía de manos de Alberto Fernández. Después de todo, ambos formaron parte del primer gabinete de Néstor Kirchner. Un ex Secretario de Finanzas durante la gestión de Lavagna como Ministro de Economía de Kirchner, Guillermo Nielsen, es hoy el economista más escuchado por Alberto F. y podría jugar su influencia para el acuerdo. Una salida de Lavagna de la carrera presidencial dejaría, por ejemplo a Graciela Camaño, primera candidata a diputada nacional por Buenos Aires, sin candidato a presidente, salvo que Juan Manuel Urtubey reemplace a aquél.

En la capital, el armado de Lavagna gira en torno a los amigos de su hijo Marco, por lo cual es más fácil de modificar.

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