Por Guillermo Cherashny.-

Hace unos meses señalamos que en Cambiemos no querían saber nada con una prisión efectiva de Cristina Fernández, especialmente el presidente Mauricio Macri y el presidente del radicalismo, Ernesto Sanz, que les decían a quienes quisieran escucharlos que en realidad «el corrupto era Néstor y Cristina sólo fue la beneficiaria». Pero esta aseveración tenía y tiene un fuerte contenido político y más ahora, con la aparición de los bolsos de José López y la dinámica de los jueces impulsados por un reclamo social y ha desatado un proceso que nadie sabe cómo termina y donde la Cámara Federal exige investigar a la ex presidente, y los allanamientos del juez Bonadío la acercan a un procesamiento y una eventual prisión preventiva, lo que para Macri y Sanz sería una calamidad, porque necesitan a CFK libre por lo menos hasta las elecciones legislativas claves del año que viene, donde el gobierno se juega el todo por el todo, especialmente en la provincia de Buenos Aires. De ahí que la necesiten para que todos los sectores de origen peronista se dividan en dos o tres. Pero la debacle electoral producto de los bolsos inquieta al gobierno, que de ninguna manera quiere perder en Buenos Aires. Y ahora se suma Elisa Carrió, quien visitó el bloque del FPV en diputados para decir que ella no tiene nada que ver con los allanamientos de Bonadío.

Esta causa avanza por el impulso de Margarita Stolbizer, quien dice que Carrió descalifica toda acción donde no sea la principal protagonista y dijo: «hay que ir tras De Vido y Aníbal; ya habrá tiempo para Cristina», expresando lo que Cambiemos piensa del destape judicial, poniendo un corte que deje a la ex presidente afuera, pero que choca contra los medios de comunicación, que exigen que se haga justicia.

Como Carrió está en campaña electoral para senadora en Buenos Aires, lo que menos quiere es un peronismo unido que la derrote. De ahí que le tire el salvavidas a Cristina, que recibe este inesperado regalo.

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