Por Guillermo Cherashny.-

Es sabido que Odebrecht, la constructora brasileña, pagó casi 3000 millones al gobierno de los Estados Unidos por unas coimas que facilitó en ese país para lograr una obra de refacción en el aeropuerto de Miami. La empresa, además, confesó que sobornó en doce países de América Latina -entre ellos, la Argentina, donde declaró haber pagado 35 millones de dólares- y el fiscal Sergio Rodríguez está investigando las conexiones locales y se focaliza en dos grandes obras, a saber: el soterramiento del Sarmiento y el gasoducto troncal de la provincia de Córdoba, donde la empresa brasileña está asociada en ambas obras con IECSA, la empresa de Franco Macri que ahora pertenece a Angelo Calcaterra, el primo hermano del presidente.

En el gasoducto mediterráneo también están Roggio y Electroingeniería y esto explicaría la excelente relación entre el presidente y Juan Schiaretti, el gobernador de Córdoba, quizás el más cercano al gobierno y que está haciendo lo imposible para que José Manuel de la Sota no sea candidato a diputado nacional que, de presentarse, ganaría cómodo.

En 2007, Schiaretti le ganó a Luis Juez en una elección muy cuestionada, y en el 2009, cuando la oposición ganó en casi todo el país, Schiaretti hizo lo que en política se llama «hacerse el boludo» y jugó a perder cuando promovió a Eduardo Mondino para senador contra Luis Juez entrando en el tercer lugar. La intención del entonces gobernador cordobés era intentar arreglar con Cristina Fernández y Néstor Kirchner, con lo cuales De la Sota se llevaba muy mal. En el 2015, cuando De la Sota compitió en las PASO con Sergio Massa y después, en la primera vuelta, gracias al líder, De la Sota se convirtió nuevamente en gobernador, y antes del ballotage, cuando Karina Rabollini visitó Córdoba, Juan Schiaretti y su señora, en un acto, dijeron que recibían a la futura primera dama de la Argentina. Pero como ganó Macri, ahora el gobernador está en una relación muy cercana, que pone nerviosa a la Unión Cívica Radical de Córdoba. Es decir que, para Schiaretti, hay que apoyar tanto Cristina como Scioli o Macri, por el «beneficio de Córdoba», una buena manera de no decir oportunismo.

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