Por Sebastián Dumont.-

Tras la difícil semana que atravesó el gobierno nacional luego de la determinación de la Suprema Corte de justicia en relación al “tarifazo”, el presidente Mauricio Macri se pegó a María Eugenia Vidal en las recorridas que realizaron por el conurbano a las que denominan “timbreo”. La misma incluyó visita a una juguetería en las vísperas del día del niño. No está ajeno a todo ello los números de las encuestas, donde la gobernadora bonaerense es la dirigente con mejor imagen, incluso por encima de Mauricio Macri y cuenta con la ventaja de no estar tan visible ante los problemas que debe enfrentar el gobierno nacional y la figura del actual presidente.

El conurbano es el lugar clave para cualquier gobierno que pretenda seguir gobernando con cierta tranquilidad. Allí se definen las elecciones nacionales y también la tranquilidad social. Es el bastión más fuerte del peronismo en la provincia de Buenos Aires aunque ahora está más dividido ante el triunfo de varios candidatos de Cambiemos en distritos muy emblemáticos.

Con el año 2017 a la vista y las elecciones de medio tiempo claves en la provincia, Macri busca capitalizar la imagen de María Eugenia Vidal que sigue siendo muy fuerte. No le “entran las balas”, afirma un observador del conurbano que, al igual de lo que pasaba con Scioli, cuando los problemas se graban -como el caso de la seguridad- la mirada inquisidora de la sociedad no se posa sobre la gobernadora, sino que la ubican en el rol de “victima”. Es cierto que Vidal cuenta con una activo propio que no tienen otros dirigentes políticos y es su formidable manera de relacionarse con la gente, donde transmite una imagen de pureza y sinceridad.

Detrás de esas movidas, están los números que se miran todos los días en los laboratorios del PRO. Allí es donde aún el tarifazo no ha pegado tan duramente en la imagen el presidente y mucho menos de la gobernadora. Es más, hay quienes muy por lo bajo se animan a decir que la defensa de las medidas del gobierno nacional debieran ser defendidas con mayor énfasis por los representantes de las provincia de Buenos Aires. E incluso posan su mirada sobre Horacio Rodríguez Larreta quien mantiene un llamativo perfil bajo vinculado sólo a la gestión en la ciudad de Buenos Aires.

“Todo está fríamente calculado” decía el Chapulín Colorado. Y es lo que pretende hacer el PRO con sus acciones de imagen y comunicación, aunque el ejemplo del manejo del tema tarifario no es el mejor para destacar. Pero la provincia de Buenos Aires es clave y allí para Macri parece imprescindible que la figura de María Eugenia Vidal esté activa y pegada a la suya. Ya fue más que importante para ganar las elecciones del año pasado, y ahora par ayudar a amortizar los golpes de las malas noticias.

Claro que no hay que dejar de lado las señales políticas. La recorrida de Macri y Vidal se hizo en el distrito de San Miguel que desde el lunes tendrá a su ex intendente como ministro de la producción. El propio De La Torre terminó por reconocer que su llegada al gobierno provincial es para “armar la pata peronista”. Más allá de los laboratorios de Marcos Peña, está claro que se puede ganar sin el concurso del peronismo, pero gobernar es un poco más complicado.

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