Por Guillermo Cherashny.-

Después de terminado el mundial, Macri se fue a veranear al sur, a Cumelen, e hizo mucha política; hasta el disparate de muchos colegas que compararon esa hermosa localidad patagónica con «Puerta de Hierro» de los años sesenta y comienzos del 70, donde el general Perón estaba recluido y proscripto. Macri no está proscripto y alternaba el descanso con la política y es un candidato temeroso que no se anima a enfrentar al candidato natural de Juntos, que es Rodríguez Larreta, que tiene dos aparatos: el del PRO y el de la UCR, que es mucho decir.

El expresidente no les cree a las encuestas de Twitter, que dan ganadores a los «halcones» -como él o la Bullrich- porque esa red social es minoritaria al lado de Facebook e Instagram y ni hablar de Tik Tok, donde no tiene ningún trabajo, como sí lo hizo el alcalde porteño y donde Milei arrasa. Por eso, Macri mira y muestra simpatías por la exministra de seguridad, otra que en Twitter gana en todas las encuestas, donde pululan mayores de 45 años, la mayoría odiadores de Cristina. Entonces le puso a Hernán Lombardi de jefe de campaña, ya que Milman y Arenaza eran muy flojos, y muestra el camino a quienes lo quieren como candidato. Pero tiene mucho temor al conurbano, donde dejó un tendal con la doble recesión del 2018 y 2019.

Horacio Rodríguez Larreta lo visita en el sur y no lo quiere en contra y espera que sea neutral, como le exige el establishment de negocios del PRO como Nicky Caputo y los tesoreros Gabriel Martino, ex HSBC, y Edgardo Cenzón, el hombre de los billetes.

El PRO, a diferencia de otros espacios, no es un partido político sino una estructura de negocios que entre otras oportunidades tiene una rama política. Y así es la estructura del PRO, con un maxikiosko de la ciudad más rica del país y dirigentes de ese distrito que dominan el aparato del interior donde hay hombres de negocios, artistas, amigos, habitantes de los countries más selectos del país, amantes, exesposas sin militancia alguna que se convierten en los principales dirigentes. En la PBA y demás provincias, los candidatos deben venir a CABA a pedir dinero para la campaña a la estructura de negocios que lidera Caputo, que es el verdadero líder del PRO y en esta elección eligió a Horacio Rodríguez Larreta, aunque los nostálgicos de los 80 comparan a Macri y Bullrich al Menem del 88 y a Horacio Rodríguez Larreta con Antonio Cafiero. Pero la realidad es que Cumelen no es Puerta de Hierro y ningún «halcón» le llega a los tobillos a Carlos Menem, ya que sólo son unos gerentes que ante la crisis dirigencial de nuestro país pueden ser presidentes representando a una estructura de negocios muy aceitada e imbatible desde el 2007 en un maxikiosco inexpugnable muy bien gerenciado por dos CEOs muy competentes.

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