Por Guillermo Cherashny.-

El presidente aumentó la apuesta ante la falta de respuesta de los gobernadores por no influir sobre sus senadores para rechazar el proyecto aprobado en diputados sobre reforma a las ganancias y amenaza con reasignar 30.000 millones de pesos que deben ir a las provincias a saber: 15.000 de transferencias automáticas y otra suma igual para obra pública y disponerla para poner la diferencia entre los 30.000 millones que destino el presupuesto para ganancias y los 30.000 que supuestamente agrega la propuesta de Massa. No obstante parece ser sólo una amenaza ya que, al no vetar la ley, el gobierno estaría aceptando los nuevos impuestos que se crearon en el proyecto opositor y que el gobierno dice que retrasan la reactivación y no recaudan lo que dicen. Es una amenaza, ya que el gobierno sabe que hay 54 senadores dispuestos a votar con la oposición, o sea 6 más que los 48 necesarios para los dos tercios y quiere desalentarlos. Anoche Sergio Massa, en conferencia de prensa, le pidió al presidente que trabaje para la unidad nacional y no aplique la lógica amigo-enemigo y le mandó una carta personal. El final sigue abierto.

Finalmente el gobierno, con el palo y la chequera, hizo que Urtubey, Uñac, Bordet y Schiaretti apoyaran al gobierno y postergaran el dictamen de apoyo al proyecto opositor. Pero en el punteo hay 7 senadores que firmaron el dictamen y hay dos que lo firmarán mañana, con lo cual con los 2/3 este miércoles o la semana próxima podría salir, salvo que el presidente convoque a una mesa de diálogo y se logre un proyecto intermedio entre lo aprobado por la oposición y el oficial, con lo cual saldría un proyecto superador si es que el presidente deja de lado su enojo y se pone a negociar, cuestión que hasta ahora se niega.

En el senado se comentaba: “Si Pampita Ardohaín se reconcilió con Nicole Neumann, ¿podrá Macri negociar con Massa y la CGT?”

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