Por Guillermo Cherashny.-

Aunque diga lo contrario, el presidente, quien señaló que Susana Malcorra llegó a la final del mundial y perdió por poco, la canciller no entró segunda sino más lejos, ya que sólo tuvo siete votos a favor, aunque un solo país la vetó. Pero Macri nunca le creyó que podía ocupar la secretaría general de las Naciones Unidas, dads los pergaminos que tiene el flamante elegido, Antonio Guterres, el ex premier portugués, que fue diez años el alto comisionado para la refugiados (ACNUR) cuando ese tema es la principal preocupación del mundo occidental y del papa y sólo la ambición personal de Malcorra pudo llevarla a creer que tenía alguna posibilidad. En efecto, el deseo de que una mujer ocupara el cargo estaba consensuado pero tenía que ser de Europa oriental. Pero la influencia rusa o americana es total en esa parte del mundo; ahí no hay término medio y ni siquiera la última candidata búlgara propuesta nada menos que por Angela Merkel no tuvo chance alguna y mucho menos Malcorra, que nunca estuvo en la carrera y que viajó por todo el mundo haciendo concesiones imposibles, como apoyar a un japonés para la Organización Internacional de Energía atómica (OIEA) en lugar de Rafael Grossi, el aplomado diplomático argentino con grandes chances de acceder a ese cargo. La canciller sabía que el tema de los refugiados era clave, de ahí que fogonear la llegada de 3.000 sirios y que Europa no mandara los fondos prometidos y que nuestro país se haga cargo. Pero por suerte ahora que no tiene chance exigirá los fondos europeos.

Cuando se repasan los ex secretarios generales de la ONU, estaba claro que Susana Malcorra no tenía chance alguna, pese a ser una persona muy capaz e inteligente pero que no tenia el physique du rôle ni el reconocimiento internacional para ese cargo. Pero Macri logró su objetivo: su gobierno es muy bien visto en el mundo después del ocaso de doce años de kirchner-cristinismo.

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