Por Guillermo Cherashny.-

Teniendo en cuenta la última experiencia de los cuatro años del gobierno de Macri, donde Cristina se opuso desde el 11 de diciembre -lo que le permitió ser la gran electora en el 2019-, parecería que Mauricio Macri está imitando a la CKF del 2015, porque nominó a Patricia Bullrich como presidenta del PRO para marcar una línea de oposición dura y lejos de cualquier colaboración con el nuevo gobierno.

Esta posición de Macri puede tener que ver con que esperaba del Frente de Todos una persecución judicial, especialmente en la causa del Correo, donde podían estar implicados sus tres hijos de su primer matrimonio, o bien hacer lo mismo que Cristina: oponerse a todo para capitalizar un eventual fracaso del Frente de Todos y dejar a los que gobiernan, como Rodríguez Larreta y los mandatarios radicales, como los conciliadores que, ante un fracaso del gobierno, no serían la mejor alternativa.

Sin embargo, se recuerda cómo fue la actitud de Macri como Jefe de Gobierno de CABA. No sólo que no fue un iracundo opositor como es hoy sino que fue un gran conciliador, porque no es un político de raza y quería negociar con Cristina, De Vido y López obras públicas nacionales para CABA y en todo el país para sus socios, como Nicolás Caputo y parientes como Angelo Calcaterra, cuya máxima expresión fue la sociedad de Calcaterra con Lázaro Báez para quedarse con la mega obra de las represas santacruceñas. Además, su padre Franco manejaba las inversiones chinas a la Argentina, donde cobraba suculentas comisiones. Como ejemplo se puede anotar cuando Julio De Vido le transfirió los subtes sin los recursos: pataleó unos días hasta que De Vido le dijo que si no los aceptaba borraban a Franco Macri como intermediario con China.

También se recuerda que en julio del 2009, cuando De Narváez ganó la provincia de Buenos Aires y el Acuerdo Cívico y Social hizo una gran elección en el país y Cristina llamó al dialogo, sólo concurrió Mauricio llevando un bandoneón de regalo. Pero cuando Carrió, la más dura opositora de Cristina junto a Ernesto Sanz, le planteó una alianza, pudo capitalizar y ser el candidato pese a sus ocho años -del 2007 al 2015- como opositor moderado como lo es hoy Horacio Rodríguez Larreta.

Como señalamos, en principio Macri es el más opositor de Juntos por el Cambio como Cristina en el 2015 y contiene un porcentaje importante del voto antiperonista y especialmente el de los rabiosos que en las redes sociales manifiestan su odio al peronismo-kirchnerismo. El problema es que a los ex presidentes no les va bien en la Argentina, como pasó con Alfonsín, Menem y Cristina 2017 y nadie lo imagina cediéndole el lugar a otro u otra figura de Cambiemos.

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