Por Guillermo Cherashny.-

La interpretación de Mauricio Macri y Elisa Carrió en el sentido de que el kirchnerismo sólo ganó en un distrito chico como La Rioja es parcial. ¿Y por casa cómo anduvimos? Deberían hacerse esa pregunta, ya que el 45,5% obtenido por el PRO es un poco estrecho en relación a lo que se esperaba en las bocas de urna del macrismo. Ahora la presión del oficialismo porteño se vuelca desde ayer sobre Martín Lousteau, para obligarlo a bajarse de la segunda vuelta. Una operación parecida a la que se intentó con Sergio Massa ante del cierre de listas, con el argumento del miedo. Es decir, para evitar que Cristina y su «empleado» Daniel Scioli se salgan con la suya, hay que votar a Macri presidente y se deberían bajar, a nivel nacional, Massa y Margarita Stolbizer y, a nivel local, Lousteau. Éste contestó observando que, desde su punto de vista, es bastante probable que Scioli igual sea presidente aunque él renuncie a disputar la jefatura de gobierno.

16 años de delasotismo

En tanto, en lo que hace a la elección en Córdoba, el 33% obtenido por el binomio integrado por Oscar Aguad y Héctor Baldassi es apenas discreto. Ellos se contentan con que le ganaron al kirchnerista Eduardo Accastello por el doble de votos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el anti-delasotismo tiene entre el 58% y 60% y Aguad y Baldassi, además de sus votos propios, habrían sumado entre 7 y 8 puntos del anti-delasotismo, que optaron por ellos antes que por Accastello. Uno de los problemas de esta alianza que encabezan el PRO y la UCR es que mezcla el agua con del aceite. Por ejemplo, Luis Juez, que se pasó la vida diciendo que los radicales son corruptos y especialmente atacó a Ramón Mestre, quien aportó una gran cantidad de votos el domingo. El porcentaje que obtuvo Juan Schiaretti, muy cercano al 40%, es mucho si se tiene en cuenta que su partido está en el gobierno desde hace 16 años. Hay que recordar que no hace mucho, en enero del 2014, hubo en Córdoba saqueos por el cierre de canilla por parte del gobierno nacional y esto con una policía vinculada al narcotráfico, que luego de la Sota empezó a limpiar retomando el control de la seguridad.

Macri dijo que en Capital y Córdoba el 80% votó por el cambio, pero en la segunda, un 40% no votó el cambio que propone él y sólo un tercio del electorado lo hizo. Volviendo a la Capital, Lousteau hoy está más cerca de Margarita Stolbizer que de Carrió y Sanz, y con las presiones que recibe será muy difícil que termine apoyando a CAMBIEMOS. Hay una encuesta que no se hace y sería bueno hacerla para saber qué porcentaje del electorado no votaría en ningún caso una alianza entre Macri y Carrió. Algunos analistas creen que daría un alto porcentaje que nunca los votaría. De La Sota, en su duro discurso de la noche del domingo, buscó atacar las supuestas debilidades del jefe del PRO, asegurando que no tiene condiciones para conducir la oposición.

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