Por Guillermo Cherashny.-

Desde hace varias semanas, el presidente, el jefe de gabinete y Alfonso Prat Gay venían postergando la baja del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias a los trabajadores y empleados con el fin de juntarlo con las paritarias y licuar la baja y devolverles ese monto a los premios y en cómodas cuotas.

La filosofía del gobierno es que más trabajadores paguen pero un poquito menos. En cambio Massa quería que cada vez paguen menos trabajadores, o sea una clara diferencia.

En la votación, sectores K que no lo bajaron en doce años votaron la propuesta de Massa y el gobierno sigue mintiendo con que se votó lo que propuso Kicillof.

Macri sigue la línea de la pitonisa Elisa Carrió, quien, como Goebbels, repite: «miente, miente, que algo quedará». Así mintió con el apoyo de los gobernadores, que le dieron la espalda, buscaron un arreglo con Máximo y Kicillof.

Entonces, como todo falló y todos apoyaron a Massa, había que demonizar al tigrense como demagogo y ex jefe de gabinete de CFK.

Ahora el gobierno tiene la tibia esperanza de que los gobernadores se opongan. Pero según nuestra información, el martes se aprobará sobre tablas con 2/3, con lo cual al gobierno le queda vetarla y enemistarse con 5 millones de beneficiarios y prometer que dentro de seis meses aprobarán otro proyecto con efecto retroactivo; es decir, lo que querían desde el principio e hicieron un show destinado a perjudicar al gran oponente que es Sergio Massa.

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