Por Guillermo Cherashny.-

Como es obvio, en la mesa chica de Mauricio Macri hubo alegría por la candidatura de Carlos Zannini como vicepresidente, porque le abre el campo a CAMBIEMOS para explotar electoralmente la obvia dependencia que Scioli tiene -cada vez más- con CFK. Pero las malas noticias no son menores: cayó como un mazazo en el círculo del jefe de gobierno la derrota casi confirmada de Miguel del Sel en Santa Fe, donde el escrutinio se encamina a confirmar el triunfo del Frente Progresista Cívico y Social. El segundo factor que alarma son las últimas noticias de Mendoza, con elecciones el próximo domingo, que dicen que el radical Alfredo Cornejo (apoyado por Cambiemos y el Frente Renovador) estaría ganando por sólo el 1,3% al senador Adolfo Bermejo, que representa al Frente para la Victoria pero en especial al sciolismo, al igual que Omar Perotti en Santa Fe. El fantasma de Santa Fe se hace así presente, porque no se descarta un recuento de votos donde los dos se proclamen ganadores.

Qué negocian CFK y Scioli

Otro síntoma a tener en cuenta es que ayer Miguel del Sel concurrió al programa televisivo de los Leuco solo, cuando en la campaña lo acompañaban unas 40 personas, lo que demuestra que en el PRO hay cierta desorientación. Muchas críticas apuntan al superasesor Jaime Durán Barba por decir que el Frente para la Victoria es imbatible, lo que hace que en la dirigencia del PRO se pregunten si Macri realmente está decidido a ganar. En este sentido, se cuestiona la débil fiscalización del PRO en la reciente elección santafesina, en medio de un clima de confianza en la segura victoria de Del Sel, optimismo que en política suele pagarse caro. A todo esto se le suma la inminente derrota de Cambiemos en Córdoba, donde se amplía el margen favorable para Juan Schiaretti. En cuanto a la elección para jefe de gobierno porteño, ningún encuestador duda del triunfo de Horacio Rodríguez Larreta, pero hay muchas diferencias de opinión en cuanto a si habrá o no ballotage.

Lo que está claro es que en estos días Macri perdió centralidad. Hoy la sociedad y los medios se preguntan si Scioli tendrá margen de maniobra si llega a la presidencia o si será apenas una marioneta del cristinismo. Los mercados respondieron obviamente con caídas importantes de bonos y acciones y suba del blue, pero quizás no dure mucho tiempo esta incertidumbre. La semana que viene, Scioli podría anunciar su futuro ministro de economía y estaría negociando para que sea un economista no K como Gustavo Marangoni o Dante Sica, este último un decidido partidario del Mercosur, que fue viceministro de la producción cuando Eduardo Duhalde era presidente. Por su parte, Axel Kicillof iría como diputado nacional por la Capital Federal y su hombre de confianza, el secretario de comercio Gustavo Costa, no tiene jerarquía para ministro. Es muy probable que el cristinismo, que no quiere pagar los costos políticos de negociar con los buitres y de la inevitable suba de tarifas de gas, luz y transporte que se viene, deje que esos costos los pague Scioli, como precio por su candidatura presidencial sin pasar por el desgaste previo de una primaria.

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