Por Alexis Di Capo.-

En el oficialismo ya existe plena conciencia de que se avecina una gran tormenta social formada por la alta inflación, los tarifazos y la escasa creación de empleo. Con su voluntad gradualista, el macrismo fue difiriendo la mayor parte de los problemas centrales, por ejemplo la baja del gasto público, y este método aumenta las posibilidades de que la crisis se adelante. De los conflictos sindicales, el de los docentes bonaerenses se ubica en primera línea.

Macri permanece enigmático ante la tormenta que se avecina y que, desde ya, Sergio Massa, su aliado, no podrá evitar. El cálculo político es simple: si el gobierno se encuentra en minoría en ambas cámaras del Congreso Nacional y necesita imperiosamente un triunfo en las legislativas del año que viene, porque en caso contrario las posibilidades de que Macri -o un hombre del Pro- sea electo presidente el año que viene son mínimas. En la ecuación formada por la crisis social que se cierne y el próximo escenario electoral está el eje de la discusión política en el vértice del poder. El relato de la ortodoxia, que expresa por ejemplo Marcos Peña y sustenta Jaime Durán Barba, sostiene que, más allá de la alianza con Massa -una excepción a la regla- el gobierno debe recostarse en su lado técnico -la mayor parte de sus ministros son tecnócratas o empresarios- apostando a que los éxitos de la gestión le garanticen un nuevo triunfo electoral.

Sectores heterodoxos, que son minoritarios, expresados por Jorge Macri y el ministro de Seguridad bonaerense Cristian Ritondo piensan lo contrario. Es decir, que con la gestión sola no alcanza y que no hay que perder un día en el esfuerzo de tratar de sumar al peronismo, sobre todo al peronismo bonaerense, al armado electoral. Los intendentes peronistas bonaerenses son el jamón del sandwich de esta pelea. Ellos quieren saber si el PRO les abrirá sus listas de candidatos locales o si deben buscar por otros caminos

Días atrás, el presidente del BAPRO, Jorge Macri, invitó a los intendentes más importantes de la primera sección electoral a un almuerzo en la presidencia de la entidad. Horas después, los alcaldes recibieron una comunicación del Ministro de Gobierno Federico Salvai informándolos que los que asistieran al almuerzo dejarían automáticamente de ser recibidos por la Gobernación.

Florencio Randazzo, de cuya solvencia nadie duda, está organizando una red provincial donde los operadores de cada municipio cobrarían 50.000 pesos mensuales. Para una fuerza opositora no está nada mal, en un país en el cual el gobierno pretende congelar la política.

Maria Eugenia Vidal, nacida al éxito con un estilo atípico y aparentemente apolítico, se cuenta entre los ortodoxos pero viven a diario las presiones de un peronismo en ebullición.

En medio de esta polémica de todos los días, alguien le escuchó decir a Macri que ya tendría decidido no presentarse para la reelección. La versión habría movilizado inmediatamente a dos presidenciables netos: Horacio Rodriguez Larreta y Gabriela Michetti. Ellos se ilusionan con que la crisis interna del peronismo es tan profunda que puede tardar varios años en dilucidarse. Por lo tanto, el que gane la primaria del PRO sólo necesitaría convocar a los peronistas potables.

Los preparativos

En este clima de discusión bajo cuerda, ninguna figura del gobierno quiere blanquear la situación. Como marco significativo está el silencio de la UCR, que parece haber formulado voto de silencio como partido nacional, y las frases para leer entrelíneas que se escuchan en el entorno papal. Sin duda que las relaciones entre Francisco y Macri van a mejorar, pero no es menos cierto que la Iglesia jamás consolidará una política de ajuste y que los brotes antipopulistas de Macri -que no son tantos- no condicen con las simpatías políticas del Santo Padre.

A todo esto, en los cónclaves que tienen lugar en Santa Cruz no sólo se prepara el retorno de CFK al escenario político nacional sino que hacen otras evaluaciones, Para el cristinismo ortodoxo, una diferencia fundamental entre ella y Macri es que éste depende mucho más de las encuestas, porque carece de un relato y de un núcleo duro de adhesiones lo suficientemente importante. “Si Mauricio baja 10 puntos será una catástrofe total, porque el PRO es puro marketing”, dicen en el entorno de la señora.

En este punto, encuestadores y analistas están bastante divididos. Algunos opinan que el crédito popular de Macri es sólido y que sólo se desgastaría de a poco; para otros, en cambio, si el gobierno no impulsa rápidamente la lucha contra el narcotráfico y la corrupción tal como prometió, podría empezar a descapitalizarse rápidamente en los sectores independientes.

Share