Por Carlos Tórtora.-

Una vez más Victoria Villarruel eligió diferenciarse -esta vez en forma cortante- de la gestión de Javier Milei. En esta ocasión calificó de «contrario a los intereses de nuestra nación» el reciente acuerdo firmado entre la canciller Diana Mondino y su par británico. El mismo establece que habrá un vuelo semanal de San Pablo a las islas con escala en Córdoba y que se reanuden las visitas de los familiares de los caídos al cementerio de Darwin.

Asimismo se estableció la necesidad de avanzar en medidas concretas para la preservación de pesquerías y en favor de una mejor conectividad, en virtud de los arreglos alcanzados en el 2018.

En palabras de la vicepresidenta, «el acuerdo propone entregar apoyo logístico continental a la ocupación y permitir de hecho que puedan seguir depredando nuestros mares. ¿Para qué? ¿Para ir a visitar nuestras islas con visa y pasaporte? ¿Nos toman por tontos?»

Esta desavenencia en un punto estratégico de la política exterior es un severo golpe para Milei en momentos en que la comunidad internacional pone en duda la consistencia de su caudal político. De hecho, es la primera vez que Villarruel desafía a su compañero de fórmula en una de las políticas de estado, como es la causa Malvinas.

Qué sigue ahora

Obviamente, Villarruel apareció con esta dureza para responder a la demanda de su clientela militar, la más sensible a la cuestión de Malvinas.

En líneas generales, el público libertario es bastante laxo con respecto a Malvinas y no le preocupa que haya mayores concesiones a Gran Bretaña. Pero no ocurre lo mismo con los grupos nacionalistas que responden a la vicepresidenta.

Habrá que ver ahora sí en el Congreso se levantan críticas masivas al acuerdo, en cuyo caso la Vicepresidenta quedaría embarcada junto a la oposición, con todos los riesgos que esto conlleva.

En uno de los círculos cercanos a Villarruel, pensando en el futuro, se comenta que en su escalada para diferenciarse del presidente, ella tendría en carpeta empezar a apartarse de la política económica de Luis Caputo. Tal vez esto sería cruzar una línea roja de difícil retorno.

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