Por Guillermo Cherashny.-

Después del domingo de la crisis de hace diez días, que le costó la cabeza a Mario Quintana y donde los mercados esperaban que Marcos Peña le cediera su lugar a Rogelio Frigerio y asumiera Melconian en economía, nada cambió: el jefe de gabinete sigue con todo el poder y la confianza del presidente y desde esos días no habló más en público, reemplazado por Rogelio Frigerio, Carolina Stanley y María Eugenia Vidal, quienes se turnan en los medios de comunicación.

Pero Marcos Peña no descansa y de su grupo de trabajo salió la idea de suprimir las PASO por una ley o eventualmente por un decreto, con el objetivo de dividir al peronismo y que Macri se enfrente electoralmente a Cristina, pues están seguros de ganar hoy por hoy en un ballotage o si obtiene un 40% de los votos.

A pesar de la crisis económica, consideran que tienen un núcleo duro de entre 35 y 37% del electorado que no quiere volver al cristinismo, de ahí que con un pequeño esfuerzo se podría llegar al 40% y el elemento clave es la causa de los cuadernos de la corrupción K, que tiene un gran impacto en la opinión publica y por tanto es una carta ganadora para Cambiemos, que espera el procesamiento y pedido de detención y desafuero de Cristina.

En las redes, los trolls de Marcos Peña piden la cárcel para la ex presidente y sus creyentes y fanáticos agitan constantemente con el slogan: «cárcel para Porota», el apodo con el que la bautizó el cómico Alfredo Casero. Pero todos saben que el gobierno la quiere libre y candidata porque, si no es ella, un peronista no K les ganaría en un ballotage, de ahí que hay que atacarla en las redes sociales y políticamente sostenerla e incentivarla como candidata presidencial.

La idea de suprimir las PASO es una vieja idea del PRO para ahorrar gastos en tiempos de austeridad y evitar una posible gran interna peronista y debe hacerse por una ley o eventualmente, si fuera necesario, por un DNU.

La actividad de Marcos Peña en las redes sociales es clave y esta semana lo tuvo ocupado destrozando la figura de Mayra Arena, la joven que habló de cómo salió de la pobreza, que logró una gran notoriedad pública pero cuando manifestó su oposición al presidente Macri las redes la destrozaron y lograron el objetivo, ya que Mayra, destrozada, volvió a su Bahía Blanca natal y decidió no hablar más en la tele. Como vemos, Marcos Peña no descansa y tiene la confianza total del presidente Macri.

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