Por Sebastián Dumont.-

La semana pasada, cuando María Eugenia Vidal cenaba con Sergio Massa y parte del Frente Renovador, hubo un cruce entre Ritondo y Jorge D’Onofrio por el tema de la seguridad en la provincia de Buenos Aires. Allí, la gobernadora interrumpió y dijo que ni ella ni su ministro recibían valijas de la bonaerense, producto de la corrupción. Casi al mismo tiempo, dos efectivos de la policía entraban al despacho de la gobernadora para revisar papeles en los distintos escritorios. El hecho, grave se conoció recién esta semana, pero desnuda una batalla presente entre un sector de la bonaerense y el gobierno provincial.

Algo huele mal. Ya son varios los hechos extraños que se produjeron en la provincia y que involucran a efectivos de la bonaerense. El robo a la casa del intendente de La Plata Julio Garro, donde hubo participación de hombres de la fuerza. Luego el encuentro de dinero en efectivo en sobres en la Departamental de La Plata. A eso hay que sumarle lo adelantado por este medio sobre la cantidad de secuestros producidos en la zona de Morón donde vive la gobernadora. Y las amenazas que ella misma habría recibido en más de una oportunidad.

Estos episodios son trazos gruesos de una situación que encuentra en los distintos distritos del conurbano su correlato.

Ahora el tema del ingreso al despacho de la gobernadora es muy grave. Intimidatorio. ¿Tiene que ver sólo porque no recibe valijas? No parece ser el único motivo. Más bien sería un combo.

La influencia del ex jefe de la bonaerense Hugo Matzkin aún sobrevuela la bonaerense porque ha dejado muchos de sus hombres con poder en los distritos.

Además, todavía la influencia de las reformas llevadas adelante por León Arslanián siguen haciendo estragos ya que se ha cambiado radicalmente el modo de selección de los efectivos. Y muchas otras cosas para agregar.

Pero no es bueno lo que se está gestando, donde se mezclan versiones de intento de desestabilización social provenientes de la política, como así también con la inseguridad como caballito de batalla. No hay que olvidarse de que elementos de la inteligencia K, junto con la bonaerense, están asociados y tendrían su base de operaciones en Ezeiza. Como decía la ex presidente, todo tiene que ver con todo.

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