Por Víctor E. Lapegna.-

Según parece surgir del provisorio y controvertido recuento del 81,55% de los votos emitidos en las elecciones tucumanas del pasado domingo 23, la coalición opositora Alianza para el Bicentenario que encabezan el radical José Cano y el peronista Domingo Amaya le ganó a la fórmula Juan Manzur-Osvaldo Jaldo del oficialista Frente para la Victoria en los cuatro principales centros urbanos de la Provincia.

Ese resultado difiere del que se había dado en esos mismos lugares en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 9 de agosto, según se constata en los cuadros que siguen.

Departamento Capital (San Miguel de Tucumán)

FPV: 42,68%

Cambiemos: 26,55%

UNA: 22,04%

Cambiemos + UNA: 48,59%

Departamento Chicligasta (Concepción)

FPV: 61,02%

Cambiemos: 21,45%

UNA: 12,91%

Cambiemos + UNA: 34,36%

Departamento Yerba Buena

FPV: 41,96%

Cambiemos: 36,07%

UNA: 14,43%

Cambiemos + UNA: 50,5%

Departamento Leales (Bella Vista)

FPV: 72,22%

UNA: 11,99%

Cambiemos: 11,25%

UNA + Cambiemos: 23,24%

¿Qué cambió entre una y otra elección que hizo que el 23 de agosto el FPV perdiera en esas cuatro ciudades en las que había ganado dos semanas antes?

Una primera, significativa y obvia diferencia es que en las PASO se votaban precandidatos a la Presidencia y Vicepresidencia de la Nación y este domingo sólo se elegían autoridades provinciales.

Otra diferencia es que el 9 de agosto las alianzas Cambiemos y UNA participaron divididas y el domingo pasado concurrieron unificadas en la Alianza para el Bicentenario que encabezan el radical Cano y el peronista Amaya.

Como puede verificarse en los cuadros precedentes, la suma de los votos obtenidos el 9 de agosto por Cambiemos y UNA superaba a los del FPV en la capital provincial y en Yerba Buena (municipio periurbano de clase media y media alta), pero estaba muy por debajo de los del oficialismo en Concepción (26,66% de ventaja) y sobre todo en Bella Vista (48,98%), donde ahora parece haber ganado la Alianza para el Bicentenario.

Una hipótesis plausible para entender esa notable migración de votos en Concepción y Bella Vista entre una y otra elección es que una cantidad de electores peronistas que el 9 hayan votado a la fórmula Daniel Scioli-Carlos Zannini del FPV, el 23 lo hayan hecho por la de Cano-Amaya de la Alianza para el Bicentenario.

Puede ayudar a entender ese presunto cambio de la decisión de votantes que migraron del FPV a la Alianza para el Bicentenario comparar la trayectoria política del gobernador José Alperovich y su entorno (del que forma parte su candidato a gobernador Juan Manzur), con la del candidato a vicegobernador de la Alianza para el Bicentenario y actual intendente de San Miguel, Domingo Amaya.

Alperovich y Amaya

Alperovich, nacido en 1955 en una próspera familia judía, es contador y comenzó a actuar en la Unión Cívica Radical (UCR) tras la recuperación democrática de 1983. En 1995 fue electo por ese partido para ocupar un escaño en la Legislatura provincial, donde presidió la Comisión de Hacienda y Presupuesto durante la gobernación del general Antonio Bussi. En 1999 el gobernador electo por el Frente Justicialista, Julio Miranda, lo designa ministro de Economía como parte de un acuerdo del justicialismo y el radicalismo tucumanos que así buscaban mantener buena relación con el gobierno nacional de la Alianza que presidía Fernando de la Rúa. La crisis de 2001, que puso fin al gobierno de la Alianza, aceleró el tránsito de Alperovich del radicalismo al justicialismo y ese año, impulsado por Miranda, fue electo senador nacional. En 2003 Miranda afrontaba una severa crisis política y logró imponer la candidatura de Alperovich para sucederlo, doblegando las resistencias del peronismo tucumano y la restricción de la Constitución provincial de 1990 que establecía que el gobernador debía pertenecer a la confesión católica, apostólica, romana. Acompañado por el justicialista Fernando Juri, quien fue su candidato a vicegobernador, Alperovich ganó los comicios de ese año – en los que Néstor Kirchner fue electo presidente- con el 44,4% de los votos, en tanto que las listas de legisladores provinciales del frente justicialista reunieron el 56,7%. El frente Unión por Tucumán, conformado por la UCR, el ARI (de Elisa Carrió) y Recrear (de Ricardo López Murphy), llevó como candidato a gobernador al ex fiscal anticorrupción Esteban Jerez fue la segunda fuerza con el 25,76% de los votos (sus candidatos a legisladores provinciales obtuvieron el 26,33%). En aquella ocasión Jerez denunció un presunto fraude del que acusó a Antonio Gandur, presidente de la Corte Suprema y de la Junta Electoral tucumanas entonces y también ahora. Gandur declaró hoy que en las elecciones del domingo pasado “ni hubo ningún fraude” y que «cuando empecemos el escrutinio definitivo, los pobladores verán las actas y comprobarán con nosotros si hay algún vicio, algún defecto o es nulo». Alperovich, quien fue reelecto gobernador en 2007 y 2011, está casado con Beatriz Rojkés, que es senadora nacional y preside el Partido Justicialista pese a sus antecedentes de militancia radical y su escueto historial en el Justicialismo.

Domingo Amaya, a quien por ser pelirrojo se lo denomina “Colorado” y que también es contador, nació en 1958 en una familia católica y peronista, tiene una hermana médica y otro hermano (Ramón Américo) que está desaparecido desde 1976. Casado con una docente e investigadora, padre de dos hijos adolescentes, militó en el peronismo desde su juventud, trabajó en la actividad turística, fue profesor de Administración Hotelera en la Universidad Nacional Santo Tomás de Aquino y en 2003, durante el primer mandato de Alperovich, se desempeñaba como secretario de Turismo de la Provincia. Ese año el general Antonio Domingo Bussi había sido electo intendente de San Miguel con apenas 17 votos de ventaja sobre el candidato justicialista que fue Gerónimo Vargas Aignasse, hijo de un senador desaparecido en 1976. Un mes después de su elección Bussi fue detenido por el juez Rodolfo Canicoba Corral en el marco del pedido de extradición hecho por el magistrado español Baltazar Garzón, quien llevaba adelante juicios contra acusados de delitos del terrorismo de estado en la última dictadura argentina. Dado que el cargo de intendente de la ciudad capital de Tucumán no tiene fueros, Bussi fue detenido sin poder asumir sus funciones, quedando el cargo acéfalo y el Concejo Deliberante designó a Amaya para ocupar esa función en forma interina y en julio de 2004 ratificó su mandato hasta octubre de 2007. Ese año y en 2011 revalidó su cargo en elecciones que ganó por amplia mayoría. Partícipe esos años del Frente para la Victoria, su distanciamiento de Alperovich se acentuó a partir de 2013 debido a tres factores principales: a) el gobernador lo postergó en su aspiración a sucederlo, primero en beneficio de su esposa Beatriz Rojkés y luego de Manzur; b) las restricciones en la transferencia de recursos públicos desde el gobierno de la Provincia a la Intendencia de San Miguel y c) las diferencias entre la tradición peronista y católica de Amaya y el pragmatismo “alperovichista”. La ruptura explícita se concretó en mayo de 2015, cuando Amaya selló el acuerdo con Cano en la Alianza para el Bicentenario por la que él fue candidato a vicegobernador y Germán Alfaro, su más cercano colaborador, fue electo intendente de San Miguel.

Esta suerte de versión muy menor de “Vidas Paralelas” -la obra de Plutarco que era una de las lecturas favoritas de Juan Perón- tal vez ayude a entender porque muchos simpatizantes de Amaya que el 9 de agosto pueden haber votado por el FPV, 14 días después sufragaran por la Alianza del Bicentenario.

Por fin, reconocemos que extrapolar los resultados de estas últimas elecciones provinciales tucumanas a los comicios nacionales del 25 de octubre puede no ser certero.

Pero nos parece evidente que esos resultados y sobre todo la reacción popular que se produjo en la Plaza Independencia la noche del 24 y la injustificable y desmedida represión a los manifestantes, genera un impacto en la opinión pública nacional que no favorece las posibilidades de la fórmula Scioli-Zannini del Frente para la Victoria para lograr los apoyos que les permitan evitar la segunda vuelta o balotaje.

En esa perspectiva, si parece inteligente que Scioli decida ir a Salta y acercarse al gobernador Juan Manuel Urtubey en la perspectiva de “peronizar” (¿“descristinizar”?) su campaña electoral, esa movida no parece compadecerse con su adhesión incondicional a Alperovich-Manzur o su defensa del gobernador formoseño Gildo Insfrán ante las críticas de Carlos Tévez.

COMENTARIOS SOBRE LAS ELECCIONES TUCUMANAS

En el padrón electoral tucumano hay 1.171.255 personas habilitadas para votar que representan al 5,3% del padrón nacional. De ese total, 438.435 (37,4%) residen en la ciudad de San Miguel y 66.771 (5,7%) en el departamento periurbano de Yerba Buena.

En las PASO del 9 de agosto en San Miguel los votos de Cambiemos (26,55%) y de UNA (22,04%), unificadas en la Alianza para el Bicentenario en las elecciones provinciales del domingo pasado con la fórmula Cano-Amaya, sumaron un 48,59%, superando el 42,68% que obtuvo el Frente para la Victoria que en las elecciones provinciales sostiene la fórmula Manzur-Jaldo. El 9 de agosto en Yerba Buena quienes ahora componen la Alianza del Bicentenario tuvieron el 50,5% de los votos (36,07% de Cambiemos y 14,43% de UNA) y el FPV el 41,96%.

En todos los restantes departamentos de la Provincia en los que reside un 57,9% de los electores tucumanos, el 9 de agosto ganó el FPV sobre la Alianza para el Bicentenario con porcentajes que van desde el 55,62% de Tafí Viejo al 82,08% de Graneros.

El pasado domingo 23, cuando se había escrutado el 81,55% de los votos, el resultado favorecía a la fórmula Manzur-Jaldo del FPV con el 54,42% de los votos, sobre la fórmula Cano-Amaya de la Alianza para el Bicentenario (Cambiemos+UNA) a la que se atribuía el 40,76%.

Sobre este resultado parcial cabe hacer varias observaciones:

Es grave que, pasadas más de 24 horas del cierre de los comicios, aún no hayan sido escrutados casi el 20% de los votos de los cuales, según versiones de fuentes opositoras, la mayor parte corresponden al departamento Capital donde hay ventajas probadas de la Alianza para el Bicentenario.

Son igualmente graves los episodios de violencia y las irregularidades que existieron en el proceso electoral.

En las PASO del 9 de agosto de Tucumán, el FPV tuvo una ventaja del 20,76% respecto de la suma de votos que obtuvieron Cambiemos y UNA.

Los resultados parciales de la elección provincial del domingo 23 le dan a la fórmula Manzur-Jaldo una ventaja del 13,66% sobre Cano-Amaya de la Alianza del Bicentenario, con lo que la diferencia de una elección a otra se redujo en un 7,1%.

Los votos del FPV entre el 9 y el 23 de agosto pasaron de un 57,14% al 54,42%, lo que representa una reducción del 2,72% de una elección a la otra.

Los votos de Cambiemos y UNA del 9 de agosto sumaban un 36,9% y los de la Alianza del Bicentenario del 23 de agosto sumaron un 40,76%, un aumento del 3,86% que puede incrementarse cuando se complete el escrutinio.

Las diferencias en los resultados de una y otra elección en parte pueden ser resultado de que algunos votantes que en las PASO del 9 de agosto apoyaron a la fórmula presidencial del FPV (Scioli-Zannini), el 23 lo hicieron por la fórmula provincial de la Alianza para el Bicentenario (Cano-Amaya), sobre todo para respaldar a Amaya y rechazar a Manzur-Alperovich.

La magnitud de la movilización popular de esta noche en la Plaza Independencia puede significar que una porción significativa de la población urbana de Tucumán pone en tela de juicio la legitimidad de las elecciones del domingo 23.

Con los resultados hasta ahora conocidos no es demasiado aventurado suponer que el 25 de octubre la fórmula Scioli-Zannini no va a obtener en Tucumán (¿en todo el Noroeste?) una ventaja de magnitud suficiente para ganar en primera vuelta y evitar el balotaje.

RESULTADO DE LAS PASO NACIONALES DEL 9/08/ 2015

FRENTE PARA LA VICTORIA (Scioli-Zannini): 38,41%

CAMBIEMOS (Macri-Michetti): 30,07%

UNIDOS POR UNA NUEVA ALTERNATIVA – UNA (Massa-Sáenz): 20,63%

RESULTADO DE LAS PASO DEL 9/08/2015 EN TUCUMÁN

FRENTE PARA LA VICTORIA (Scioli-Zannini): 57,14%

CAMBIEMOS: 20,13%

MACRI-MICHETTI: 81,22%

SANZ-LLACH: 11,09%

CARRIO FLORES: 7,69%

UNIDOS POR UNA NUEVA ALTERNATIVA (UNA): 16,26%

MASSA-SAENZ: 65,27%

DE LA SOTA-RUCCI: 34,73%

CAMBIEMOS+UNA: 36,39%

RESULTADO PARCIAL ELECCION PROVINCIAL 23/08/2015 EN TUCUMÁN

(Escrutado el 81,55% de los votos)

FRENTE PARA LA VICTORIA (Manzur-Jaldo): 54,42%

ALIANZA PARA EL BICENTENARIO (Cano-Amaya): 40,76%

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