Por Carlos Tórtora.-

Por múltiples razones, el nuevo escenario peronista que comenzó a montarse a partir del exitoso acto convocado por el moyanismo en la 9 de Julio tiene por ahora un común denominador: las presiones sobre Sergio Massa para que deje de transitar por el carril paralelo al peronismo y vuelva al seno partidario. Primero fue un massista que se está yendo del Frente Renovador, Felipe Solá, el que le hizo la advertencia a su jefe. Luego, trascendieron las grabaciones de conversaciones telefónicas de Cristina Kirchner exhortando a la liquidación política del tigrense y de su aliada Margarita Stolbizer.

En el acto del miércoles pasado en la 9 de Julio hubo también otras señales bastante claras. Los intendentes del conurbano que se hicieron presentes se movieron en grupo entre los presentes. La primera fila la integraban Gustavo Menéndez (Merlo), Fernando Grey (Esteban Echeverría), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas) y el reemplazante de Massa en la intendencia de Tigre, Julio Zamora. ¿Este ultimo se hizo presente por decisión de Massa o contra la voluntad de éste?

De más está decir que Hugo Moyano también despotrica abiertamente contra la supuesta funcionalidad de Massa a los planes del macrismo.

Por último, la capacidad negociadora de aquél con María Eugenia Vidal es uno de sus puntos fuertes y la misma quedó seriamente en duda al conocerse la distribución de los cargos en las comisiones de trabajo de la legislatura bonaerense. Cambiemos propuso que el reparto de autoridades se hiciera por el criterio objetivo de seguir el orden decreciente de porcentajes de votos. O sea que el massismo, con su endeble 11% obtenido, casi no obtuvo cargos.

Comité de crisis

De más está decir que la incómoda posición actual del Frente Renovador tiene que ver en parte con la necesidad de las distintas facciones del peronismo bonaerense de encontrar un culpable para los por ahora frustrados intentos de unidad en el PJ. Pero también hay cuestiones más profundas. Los barones peronistas del conurbano saben que sólo podrán ser reelectos el año que viene si no se divide el voto peronista en dos o más candidatos a presidente. De ocurrir esto último, empezarán seguramente las alquimias de los cortes de boleta y otras argucias para sumar votos de cualquier modo.

Con Solá y Facundo Moyano a punto de abandonar sus filas y el macrismo retaceándole el apoyo, Massa se daría cuenta de que le será difícil continuar resistiendo el fuego amigo. Así es que convocó para el martes que viene a una reunión de los pocos intendentes que todavía lo sigan para tratar la crisis. Todo indica que, siguiendo la regla de mantener dividido al peronismo, lo más probable es que el macrismo sea el que termine arrojándole un salvavidas al jefe de los renovadores. Con una interna peronista sumamente fluida como la actual, los cambios se dan cada vez más rápido.

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