Por Sebastián Dumont.-

La mayoría de los analistas vinculados al gobierno y también a sectores del Frente para la Victoria aseguran que el escenario de las próximas elecciones será una polarización entre el candidato de Cambiemos y quien represente al cristinismo. Lo dejan afuera a Sergio Massa, al que creen que esa situación lo absorbería y quedaría desdibujado. La realidad es que todavía ese escenario no está tan claro. Hay encuestas que lo siguen poniendo arriba al ex intendente de Tigre junto con la ex presidente Cristina Kirchner, y en tercer lugar al oficialismo. Sobre todo en el conurbano bonaerense, donde Macri no puede hacer pie y parece tampoco alcanzar el aura de María Eugenia Vidal.

No hace falta mirar muchas encuestas para darse cuenta de que en el gran Buenos Aires la imagen de Macri ha caído. Caminar y conversar con la gente da un claro indicio de que muchos que lo votaron para terminar con el cristinismo están molestos porque ese cambio esperado y anunciado no llega. Y en muchos casos si lo hay pero es para peor en los bolsillos.

Es verdad a que hay muchas cosas buenas, como el avance en un ambicioso plan de obras que se ejecutan, el respeto a las instituciones es más notorio que antes, como así también los temas vinculados con la libertad de prensa. Pero todo ello es insuficiente si el ciudadano de pie siente que la plata cada vez le alcanza menos. Y se generaliza el concepto que afirma ver en Macri a una persona que nunca podrá entender a quien debe juntar las monedas para llegar a fin de mes.

Estudios hechos por estas horas muestran que si las elecciones fueran hoy, el oficialismo estaría varios puntos abajo de lo que obtuvo en 2015. Sobre todo en el conurbano, donde no ganó pero sí realizó una excelente elección. Fue el gran Buenos Aires el que permitió a Scioli estar a pocos puntos de empatar el balotaje. Ahora, la realidad marca que el descontento crece. Todo tiene que ver con la economía, la cual afirman en el gobierno que mejorará y eso se sentirá antes de las elecciones.

Es aquí donde surgen varias incógnitas. Si ese malestar se mantiene, a quiénes votarían aquellas personas que lo hicieron por Macri para terminar con el ciclo K pero que ahora no están conformes con la expectativa depositada en aquel entonces. ¿Irán con CFK? Parece difícil. Ése es el voto que está seguro Sergio Massa de poder captar.

Un reciente trabajo de una encuestador reconocido los da a Massa y Stolbizer empatados con Cristina Kirchner y Daniel Scioli en 34 puntos, y bastante más atrás la fórmula Carrió-Jorge Macri con 17. Claro que en el gobierno piensan lo opuesto. Pero las críticas que deslizan de manera permanente contra Massa serían la explicación a que los números no son tan malos para el tigrense.Hay realidades innegables. El peronismo trata de unirse porque huele que el gobierno puede sucumbir. Eso se escuchó mucho en las reuniones de ronda el viernes en San Vicente. Además, el estilo de Cambiemos de no castigar a la oposición le da una ventaja extra a los municipios opositores. De hecho, La Matanza y Merlo encabezan la lista de los que más plata recibirán del fondo de infraestructura.

Así las cosas, no está dicha la última palabra. Y la idea de la polarización puede terminar naufragando o bien cambiando de protagonismo. En el Frente Renovador están seguros de que Massa está mucho mejor de lo que dice el gobierno.

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