Por Carlos Tórtora.-

La compleja elección porteña tiene entretelones insospechados que se vinculan con el destino del macrismo en caso de perder la elección nacional y bonaerense del mes que viene. Fuentes de la legislatura bonaerense señalan que, una vez dejado su cargo, María Eugenia Vidal tendría serios problemas para contener a los actuales bloques y que habría una diáspora de macristas hacia otros proyectos políticos. Si esto ocurriera, la jefatura política natural del PRO recaería en Horacio Rodríguez Larreta, si logra retener el gobierno de la Ciudad. Y todo esto siempre y cuando Macri dé un paso al costado después de la derrota, lo que es probable pero no seguro. Larreta cuenta en su haber con una excelente relación con varios allegados a Alberto Fernández y en especial con Sergio Massa. Este último pensaría que, con Larreta como jefe de la oposición, el gobierno peronista marcharía sobre rieles. Como jefe natural de Vidal, él podría orientar también al PRO bonaerense en lo que se avecina como una profunda crisis. Por el contrario, Massa estaría entre los que opinan que Matías Lammens podría llegar a ser incontrolable. “Cuando se lo puso de candidato nadie pensaba que podía ganar y ahora nadie sabe qué va a hacer si gana”, sintetizó un dirigente del peronismo metropolitano. El caso es que la opinión de Massa no sería la única favorable a que Larreta se consolide como jefe de la oposición. En este sentido, intencionalmente o no, la irrupción de los piqueteros de Juan Grabois en el Patio Bullrich y otros shoppings porteños fue de bastante valor para el larretismo, ya que aparecía como un adelanto de lo que haría el peronismo, sobre todo en caso de gobernar la Ciudad.

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