Por Carlos Tórtora.-

Por primera vez, Sergio Massa habló ayer como un candidato a presidente. Y lo hizo para intentar sacar de la cancha a Daniel Scioli, que reclama presentar su precandidatura en las PASO. De este modo, el ministro de economía salió a intentar cubrir una de las principales debilidades del oficialismo: la ausencia de un candidato en carrera.

Scioli, por su parte, especularía con que la inflación de los próximos meses se devore la postulación de Massa y lo reduzca a una empresa inviable. En realidad, el ex motonauta no apuesta tanto a ganar una PASO como al derrumbe de su rival.

El ministro de economía intenta crecer, a todo esto, en la sociedad como garante de la gobernabilidad. El inminente acuerdo con el FMI reforzaría esta chapa. Según señalan consultores cercanos al oficialismo, la estrategia kirchnerista podría consistir en polarizar con Javier Milei, presentándolo a éste como un salto al vacío. La generación del miedo colectivo para imponer un voto moderado sería la clave del planteo oficialista. Massa probablemente trataría de evitar la polarización con Horacio Rodríguez Larreta. Es que ambos tienen baterías de ideas semejantes y le apuntan al mismo tipo de público.

Nadie quiere ir contra la jefa

Volviendo a la interna peronista, Scioli, con su defensa de la competencia en las PASO, estaría cada día más solo. Alberto Fernández, su aliado en este tema, permanece callado y no da señales de querer confrontar con Cristina Kirchner, la primera defensora de la lista única. En realidad, casi no hay dirigentes peronistas dispuestos a enfrentar los deseos de la jefa. Pero un 8% de inflación para abril podría meter en un tembladeral la candidatura del tigrense.

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