Por Guillermo Cherashny.-

Una agradable sorpresa positiva para las relaciones exteriores argentinas fue la reunión no pautada entre Jair Bolsonaro y Sergio Massa, quien viajó a Brasilia para reunirse con su par Rodrigo Maia, el titular del Senado brasileño, y luego visitó al Presidente del Superior Tribunal. Pero de la reunión con Bolsonaro fuera de agenda puede resultar que se confirme una reunión entre éste y Alberto Fernández con sus respectivos gabinetes en la frontera entre los dos países en cualquier momento, lo que daría por terminados los desencuentros entre ambos presidentes.

En tanto, reapareció el ex presidente Mauricio Macri en una charla en Guatemala, donde disertó en una universidad y se burló y minimizó el coronavirus al decir que peor es el populismo que esa epidemia y no se quedó ahí sino que abundó que el populismo hipoteca el futuro, lo que demuestra que la pérdida de poder le hace perder el contacto con la realidad, ya que si un presidente hipotecó el futuro fue Mauricio Macri dejando una deuda externa insostenible según el Fondo Monetario.

Se lo vio muy demacrado a Mauricio Macri y con una visible cara de odio contra el actual gobierno, quizás por la intervención judicial del Correo de los Macri, adonde mandó a Pichetto, Garavano y Tonelli a decir que había una persecución judicial, con lo cual se suma al kirchnerismo al concepto del lawfare. Si bien no mencionó a este gobierno, estaba claro que se refirió al aludir a la política de seguridad actual al decir que se confunde a los delincuentes con las fuerzas del orden. Seguramente estas declaraciones generarán una reacción en el gobierno y dentro de Juntos por el Cambio, que no quiere que haga declaraciones por un tiempo.

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