Por Carlos Tórtora.-

Días atrás, María Eugenia Vidal ya acordó una nueva alianza de gobernabilidad con Sergio Massa. El acuerdo quedó cerrado luego de algunos contactos tras el almuerzo en el Four Seasons e incluye -como se esperaba- una rotación en la presidencia de la Cámara de Diputados.

El diputado Manuel Mosca será el presidente y la vice será para el Frente Renovador.

Pero el calendario corre mientras el líder renovador renueva su perfil como garante de la gobernabilidad. En una nueva pirueta dialéctica y probablemente con la intención de patear la pelota para adelante, él en una cena con parte de su estado mayor definió días atrás: “yo seré candidato a senador sólo si Cristina se presenta”.

La explicación, ganarle a CFK, significaría para Massa convertirse eventualmente en el nuevo jefe del peronismo al derrotar a quien condujera el PJ con mano de hierro desde la muerte de Néstor Kirchner. Coincidentemente, ambas figuras son escasamente afectas a ejercer la conducción del peronismo, por lo menos en el sentido partidario. Massa nunca quiso presentarse como candidato justicialista y ya sabemos que CFK siente un profundo disgusto por las estructuras partidarias y que mucho más que su finado esposo, gusta de los armados de centroizquierda con poco o nada de peronismo orgánico.

Maniobra de pinzas

Contrario sensu, si la ex presidente no dice presente en las urnas, Massa no se sentiría obligado a competir ni a correr el riesgo de ser derrotado por un aparato como el del PRO, que no cuenta con un candidato taquillero pero sí con los infinitos recursos del estado. Para esta eventualidad le bastaría con dejar que su aliada Margarita Stolbizer tome la posta.

Por otra parte, romper la alianza de gobernabilidad con Vidal es algo que se dice fácil pero en la práctica es muy complicado. Los cientos de funcionarios massistas que hoy revistan en la administración provincial no estarían dispuestos a dejar sus cargos simplemente porque su jefe quiere ser candidato.

Por otra parte, la penetración del oficialismo en las filas renovadoras es profunda e incesante. El nuevo ministro de gobierno Joaquín de la Torre ya está armando una mesa PRO-peronista para avanzar sobre los intendentes del PJ. En la misma están sentados hasta ahora De La Torre, Ismael Passaglia, intendente de San Nicolás, Octavio Frigerio, actualmente en el Directorio de YPF, y el ex intendente de Malvinas Argentinas Jesús Cariglino.

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