Por Guillermo Cherashny.-

A partir de un resolución de Víctor Violini, el camarista de la casación bonaerense que ordenó la liberación de 1100 presos comunes en las prisiones bonaerenses, se sumaron unos motines en todo el país y el más conocido, el viernes pasado en el penal de Devoto, donde los amotinados capturaron a 11 guardias, a quienes desnudaron, lo que motivó una negociación entre los secuestradores y Juan Martín Mena, el número 2 del Ministerio de Justicia de la Nación y el Dr. Gustavo Hornos, vicepresidente de la casación nacional. Se levantó el motín y liberaron a los guardias y, por el lado de los presos, delincuentes como Guillermo Álvarez «El Concheto», un asesino serial, y varios jefes de barras bravas con homicidios cometidos. De inmediato Patricia Bullrich y el ala dura de Juntos por el Cambio y el periodismo amarillo, que callaron frente a los desastres macristas, ahora son fiscales de la democracia, como Luis Majul, los Leuco, Jonatan Viale, Joaquín Morales Solá, etc., quienes afirmaron que en esa tregua se garantizó una suelta masiva de presos comunes. En realidad, el primer objetivo fue liberar a los guardias, que se logró, y luego se firmó un acta diciendo que se analizarían uno por uno los casos de los que están en zona riesgo y los que deben salir este año.

Al día de hoy no se produjo ninguna libertad, como dicen el periodismo y la oposición, y en la provincia de Buenos Aires Julio Alak declaró que no propone una liberación masiva sino que los procesos de liberación los inician los defensores públicos, que dependen del procurador, Dr. Conte Grand, y la otorgan los jueces.

Al mismo tiempo, Sergio Massa, el presidente de la Cámara de Diputados, anunció que promoverá juicio político a los magistrados que pongan en libertad a violadores, robo con armas y asesinos, y Sergio Berni, el ministro de seguridad de la provincia de Buenos Aires, se opuso a las libertades y también señaló que no hay suficientes pulseras electrónicas.

Los funcionarios del ejecutivo y judiciales que se inscriben en la doctrina garantista son los que promueven la liberación y se consideran cristinistas, aunque la vicepresidente no se manifestó sobre ese tema y es sabido que Sergio Berni dice en todos los lugares en donde habla que su jefa política es Cristina Fernández de Kirchner.

Sobre esta liberación no está dicha la última palabra pero hay una oposición masiva de la opinión pública que limitará ese disparate de sueltas de presos masivas.

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