Por Guillermo Cherashny.-

En el día de ayer, el Frente para la Victoria y el Frente Renovador plantearon una sesión para dar vuelta el tarifazo pero Massa y Bossio, que lidera el bloque justicialista, evitaron que saliera un dictamen de comisión, donde era clave el diputado Zilotto, del bloque del PJ, de modo que, aunque se consiguiera el quórum de 129 diputados para voltear el tarifazo, ya que se necesitan 2/3 de la Cámara para aprobar esa moción. Es decir, Massa, Bossio y Camaño hicieron ruido pero sabían que habría pocas nueces dejando solo al cristinismo y los trotskistas, que pretendían un dictamen para votar con mayoría simple. Entonces, asegurado que no se impediría al gobierno decidir sobre las tarifas, se pretendió una interpelación a Juan José Aranguren, el ministro de energía, a lo cual el PRO se opuso totalmente. Pero la UCR, acaudillada por Mario Negri, apoyó que se lo citara a una reunión de comisiones, un riesgo mucho menor que una interpelación.

El PRO se había quedado sin Carrió, que hace una semana dijo que el gobierno debería volver atrás con el sinceramiento tarifario, por tanto el PRO no sufrió una derrota que hubiera significado la anulación de su potestad de decidir el monto de las tarifas, pero tendrá que exponer a Aranguren, un hombre poco preparado para preguntas incorrectas que, sin embargo, debe concurrir a una especie de tiro al blanco con contra su persona.

El gobierno, en tanto, espera que la Corte Suprema dictamine que la justicia no puede intervenir en las decisiones del ejecutivo sobre las tarifas pero es probable que la Corte tire la pelota afuera.

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