Por Carlos Tórtora.-

La ofensiva radical para forzar a Mauricio Macri a aceptar de hecho un cogobierno, es decir, un gabinete nacional compartido, tiene diversos trasfondos y explicaciones. Uno de ellos, obvio, es que Ernesto Sanz recibe cada vez más presiones de sus correligionarios, al ser el único radical beneficiado por Mauricio Macri con un ministerio (Justicia). Otra explicación es que la UCR piensa explotar a fondo su experiencia en la administración pública nacional que, obviamente, supera casi absolutamente a la de los dirigentes del PRO.

Pero también se están elaborando tramas más complejas. Por ejemplo, dos aliados de esta campaña, Sergio Massa y Gerardo Morales, charlaron largamente en una playa brasileña donde descansaron del esfuerzo de la primera vuelta. Estas conversaciones habrían avanzado bastante, con una orientación estratégica. El tigrense estaría decidido a competir por la presidencia en el 2019 y para ello, obviamente, necesita que Macri sea, si gana, sólo un presidente por cuatro años. En otras palabras, que el PRO no tenga una gestión lo suficientemente exitosa como para retener el poder ocho años. En este sentido, este interés empezaría a converger con el de la mayor parte de la cúpula de la UCR, que aspira en silencio a restablecer el bipartidismo con un nuevo esquema de PJ, ya depurado parcialmente del kirchnerismo.

“Tendremos a partir de diciembre más intendentes y legisladores que el PRO y en muchas provincias ellos ni figuran”, se jactaba ayer un senador nacional de la UCR.

Un nuevo PJ

El plan que empieza a expresarse a través de la alianza entre Massa y Morales tendría bastante que ver con algunos caudillos peronistas, para empezar con José Manuel de la Sota. Éste, junto con José Luis Gioja y, desde ya, Juan Manuel Urtubey, aspira a liderar un consejo de notables del PJ, que se formaría luego de que, bajo la presión de la inminente derrota de Daniel Scioli, renuncie supuestamente en masa la cúpula partidaria que hoy encabeza el derrotado gobernador de Jujuy Eduardo Fellner. Una vez más, se avizoraría entonces una intervención judicial al peronismo. Massa no formaría parte de este cuerpo por no ser gobernador y porque preferiría seguir liderando un espacio externo al PJ. Sin embargo, su intención sería ir acotando la futura carrera presidencial a una puja entre él y Urtubey, contando con que el PRO terminaría impulsando a Gabriela Michetti.

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