Por Rubén Lasagno (Agencia OPI Santa Cruz).-

En plena campaña proselitista en Santa Cruz, el hijo de la presidenta, recibió en su bunker político, la inmobiliaria de Sancho y San Felice, a una delegación judicial que anduvo buscando documentación de Hotesur, la empresa familiar que está sospechada de lavado de dinero y facturación trucha, en connivencia con las empresas de Lázaro Báez. Conocida la forma en que profugaron documentación de la inmobiliaria, Télam, la “Agencia de Protección Pública del gobierno y la familia presidencial”, salió al cruce con un comunicado, evitándole a Máximo dar las explicaciones que le debe a su electorado.

Máximo Kirchner hace política en Santa Cruz caminando por los pueblos donde los intendentes K le suman militancia, aunque, a juzgar por los números que conocemos, no le va nada bien. En El Calafate, a pesar del esfuerzo y los aprietes del Intendente Javier Belloni, al personal de la municipalidad para que rodeen al hijo presidencial, no logró sumar más de 250 empleados públicos para vitorear a quien ya han apodado “el curandero”, porque todo trata de arreglarlo con palabras.

Sin ninguna repercusión pública, porque Máximo se dedica a hablar solo con la militancia en las Unidades Básicas y las radios amigas donde pauta, mientras un grupo de jóvenes de La Cámpora encabezados por su mujer, Rocío García, reparten boletas en domicilios de cada localidad (no así en Río Gallegos), Máximo hace un saludable silencio sobre lo ocurrido en la inmobiliaria Sancho San Felice y mucho más aún, a partir de conocerse cómo vaciaron de pruebas, el edificio de calle Roca al 900 en esta capital, luego que la Jueza Askenazi Vera, se tomara 3 horas para liberar la orden de allanamiento a instancias del juez Bonadío, a quien luego echaron de su cargo.

Es que Máximo ignoraba que la Metropolitana, sospechando la complicidad de la justicia con el poder político, se había adelantado a los hechos y colocado frente a su bunker una guardia para observar los movimientos previos al procedimiento. Y lo obvio pasó. Dos vehículos a nombre de sus socios, Carlos Sancho y Osvaldo San Felice, llegaron de urgencia y cargaron bolsos y cajas, para resguardar las pruebas en contra de la empresa de la cual Máximo es presidente del Directorio: Hotesur SA, sospechada e investigada por lavado de dinero, evasión fiscal y defraudación.

Para contraatacar, la Agencia de Protección Pública del Gobierno y la familia presidencial: Télam, difundió un supuesto comunicado de la empresa “Negocios Inmobiliarios SA”, que claro está no vamos a reproducir porque consideramos que más que una justificación Máximo debería dar una explicación, allí desmienten lo que a todas luces se vio por televisión (la existencia de fajos de dinero por todos lados dentro de una caja fuerte), ensayan una explicación “comercial” para justificar la existencia de ese dinero, atacan a Clarín (de manual), califican de “atropello y desmanes”, al procedimiento, pero en ningún momento explican lo que evacuaron de allí.

Vergonzosamente, mientras Télam difunde esta excusa de la empresa que maneja Máximo, el hijo de la presidenta anda por la provincia tratando de convencer a la gente de que él es el cambio y si lo votan, Santa Cruz será mucho más grande, próspera y bonita. Mientras tanto, nadie de los que rodean al candidato a diputado nacional por el FPV, se anima a preguntarle ni una palabra de lo ocurrido, al principal responsable de Hotesur SA, empresa sospechada de delitos económicos e impositivos.

No sabemos bien si por vergüenza o porque Máximo, personalmente, produce un rechazo natural hacia el electorado, la campaña del hijo presidencial se hace omitiendo su nombre; los anuncios son “Kirchner en campaña”, “Kirchner camina el interior” o “Kirchner se reúne con vecinos en Caleta Olivia”. ¿Y Máximo dónde está?. De acuerdo a fuentes del propio partido, se pudo saber que la orden es desvincular el nombre y utilizar el apellido, para que produzca un “efecto arrastre”, la imagen del ex presidente, que lo imponga a su hijo como una alternativa posible que, de llegar (ser votado), continuará su obra.

A pesar del alineamiento del PJ tras la lista de Máximo para las PASO, la realidad es que los números de las últimas encuestas no le dan un resultado favorable, más allá que dentro del propio partido están convencidos que le alcanzará para entrar al menos como minoría; sin embargo, para Máximo, perder en mano de Héctor Roquel (UCR), sería una derrota del propio FPV en Santa cruz, pues se considera que el simbolismo del acto, supera en importancia, al acto eleccionario en sí y su impacto político es mayor que la incidencia electoral. Ni hablar si Roquel logra superarlo por el doble de votos, ya que en esa circunstancia el Radicalismo ocuparía las dos bancas a diputados nacionales que se ponen en juego por Santa Cruz y este escenario (poco probable pero no imposible) sería la lápida política de Máximo, pero también del oficialismo en su propia provincia.

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