Por Carlos Tórtora.-

El paquete de medidas intervencionistas que el gobierno anunció ayer es prácticamente su último recurso antes de las elecciones. Las expectativas de éxito de la operación son bastante moderadas y no por nada Mauricio Macri no anunció él personalmente las medidas delegándoles la tarea a Nicolás Dujovne, Carolina Stanley y Dante Sica. El impacto del paquete en el campo político está signado por el escepticismo. En 45/60 días habrá un primer balance del parche económico y esto coincidirá con la fecha de presentación de las candidaturas ante la justicia electoral. Si el fracaso de los nuevos incentivos al consumo es contundente y la inflación baja apenas unas décimas estarían dadas las condiciones para que Cristina Kirchner amplíe su ventaja y, por otra parte, para que Roberto Lavagna haga pie con su candidatura explotando su imagen de ministro exitoso y reactivador de la economía.

Preparativos

La ex presidente no perdería entre tanto el tiempo y, a través de Alberto Fernández, estaría consiguiendo el acercamiento de varios gobernadores del PJ. Un caso es el del flamante ganador de las PASO de Entre Ríos, el gobernador Gustavo Bordet, que aclaró que prefería a Lavagna pero que, si el fruto del consenso es la candidatura de CFK, “estaremos con ella”. Cabe aclarar que la ex presidente ayudó al 58% de los votos obtenidos por Bordet haciendo que el candidato a gobernador de Unidad Ciudadana bajara su postulación. En la última reunión de Alternativa Federal, el Tucumano Juan Manzur se levantó y se fue con el argumento de que no se podía continuar si no había diálogo con Cristina.

Por su parte, Lavagna sabe que está obligado a mostrar sus cartas rápidamente, ya que la ventaja que ella le lleva es grande. El ex ministro de Néstor Kirchner, ante su carencia de estructuras territoriales peronistas, se apoyaría en las que tienen los radicales disidentes, es decir Federico Storani, Ricardo Alfonsín y Juan Manuel Casella.

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