Por Guillermo Cherashny.-

Muy importantes fueron las declaraciones de Gustavo Menéndez, el flamante presidente del PJ bonaerense, quien se diferencia de la mayoría de los gobernadores peronistas, que piensan en cuidar su quintita para el 2019 desdoblando elecciones y dan por descontada la reelección de Mauricio Macri en el 2019. Menéndez es un gran optimista; así fue cómo derrotó a Othacehé en 2013 y en el 2015 y, sumándose a Cristina en el 2017, ganó su distrito por muchos votos y de ahí se lanzó a la presidencia del inexistente PJ bonaerense y desde ahí hace un llamado a Cristina, Massa y Randazzo para la unidad y para decir que el peronismo unido le puede ganar a Cambiemos. No sólo por la suma de votos en la provincia de Buenos Aires que, entre Unidad Ciudadana, FR y Randazzo dio el 54%, sino porque entiende al igual que Sergio Massa que el plan económico de Macri llega al 2019 con la misma inflación que dejo Axel Kicillof y el crecimiento no es el que esperaba el mercado y las vulnerabilidades macroeconómicas son cada vez mayores.

El triunfo aplastante de octubre del 2017 tuvo una sola explicación, cual es no volver atrás con el cristinismo; pero si la ex presidente, ya senadora, no es candidata a presidente en el 2019 -es mas dijo que se compromete a que Macri no siga como presidente en el 2019- se puede deducir que si dejan de lado los egos de los peronistas en la provincia de Buenos Aires y están dispuestos a tragarse algunos sapos, la unidad se puede dar.

La otra alternativa de los gobernadores es la de cuidar su quintita y tragarse más sapos que les tiene preparado Cambiemos en los próximos años y la corrupción en la obra pública, que sigue un poco menos que antes, es mucho peor que un peronismo unido y ganador.

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