Por Carlos Tórtora.-

Javier Milei debe pasar un test importante está semana. En el Senado, La Libertad Avanza intentará que se apruebe la boleta única, para compensar que el jueves la oposición ganaría las votaciones por el DNU de la SIDE y el presupuesto universitario. Pero donde Milei se juega mucho es en la calle. La movilización convocada para mañana por organizaciones de jubilados y grupos piqueteros contra el veto a la ley de movilidad jubilatoria es un desafío que el gobierno analizaría cuidadosamente. Si la marcha es importante, se verificaría en los hechos que la protesta social puede empezar a tomar vuelo a partir de ahora. Si por el contrario la movilización es escasa, significará que el presidente aún cuenta con un margen de tolerancia social para continuar ajustando.

En las últimas horas, algunos asesores de Milei le plantearon que anunciara un bono extra para los jubilados a los fines de enfriar la protesta. Pero Milei no habría querido quedar como cediendo a las presiones de la clase pasiva.

En síntesis, si esta semana no hay muestras de aumento de conflictividad social, los libertarios lo interpretarían como una confirmación de que el rumbo económico puede profundizarse.

Un éxito libertario

La estrategia seguida por Milei con relación a los grupos que movilizan ha sido bastante eficaz. Golpeó a la cúpula de los piqueteros con denuncias de corrupción y amenazas varias, hasta que consiguió semiparalizar a las principales organizaciones. Con la cúpula de la CGT, en cambio, practica negociaciones secretas. De hecho, la central obrera está ausente de la protesta social. Por el reconocimiento social que cuentan, tal vez los enemigos más difíciles que tiene sean los estudiantes y los jubilados.

El plan del gobierno sería enfriar al máximo la calle hasta marzo del año que viene, cuando la atracción del cronograma electoral debilite aún más la protesta social. Que logre esto todavía está por verse.

De cualquier modo, hay otra cuestión que los hechos confirman. En materia de presencia en la calle, el gobierno parece confirmar que ha perdido la guerra. El acto de junio pasado de Milei en el Luna Para reveló que el oficialismo no consiguió llenar el estadio y el 9 de julio, la movilización en Córdoba para apoyar el Pacto de Mayo fue paupérrima. Lo mismo ocurrió en el acto en el monumento de la bandera en Rosario.

En definitiva, Milei muestra talento para desmovilizar a la sociedad pero no consigue movilizar a sus adictos.

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