Por Carlos Tórtora.-

El fracaso de las negociaciones de Javier Milei con JxC parece ser irreversible. Él cerró todas las puertas tanto a un acuerdo para participar en las PASO de la coalición opositora como a alguna fórmula de transacción en Buenos Aires para evitar que Diego Santilli sea derrotado por Axel Kicillof debido a que el voto opositor se dividirá entre la Libertad Avanza y JxC. En Buenos Aires no hay segunda vuelta, así que gana el que saca un voto más.

Este cuadro de situación hace que Milei se encamine a ser el árbitro de la elección nacional en un casi seguro ballotage entre el Frente de Todos y JxC. En este punto se abre un abanico de posibilidades. Si la candidata fuera en definitiva Patricia Bullrich, su afinidad con Milei favorecería que éste la apoye en la segunda vuelta. En cambio, si el candidato fuera en definitiva Horacio Rodríguez Larreta, su enfrentamiento con el líder libertario haría casi imposible que este le dé su apoyo. Y queda una tercera posibilidad: que Milei deje en libertad de acción a sus votantes. En este caso, mucho dependerá de quién sea el candidato oficialista. Si fuera Cristina Kirchner, esto correría al electorado liberal hacia JxC. Pero ante un candidato centrista como Sergio Massa, muchos libertarios podrían pensarlo dos veces. Es que el ministro de economía representaría implícitamente el final del ciclo kirchnerista.

El dilema bonaerense

El rol de gran elector de Milei es más complejo aún en Buenos Aires. Por más bajo que fuera el porcentaje de votos liberales para gobernador, éste alcanzaría para hacerle perder a Santilli la gobernación. La situación es incómoda para Milei, porque sería acusado de ser funcional al kirchnerismo, lo que objetivamente sería cierto en el caso bonaerense.

Share