Por Guillermo Cherashny.-

La alianza que lleva a Javier Milei como candidato a presidente está recibiendo un aluvión de dirigentes intermedios y punteros del PRO, UCR y Coalición Cívica en el conurbano y en el interior de la Provincia de Buenos Aires.

En los más de 130 distritos que componen el distrito electoral más importante del país, las juntas promotoras rebalsan de exmilitantes de los partidos tradicionales que han llegado a la conclusión de que en los casi 40 años de democracia todos los partidos devastaron al país con la corrupción y la ineficiencia y no tienen soluciones para el futuro en economía y en inseguridad. Y dicen basta de verso.

El principal perjudicado es Juntos por el Cambio, que teme perder la elección de gobernador, que se gana por un solo voto en la primera vuelta y, por tanto, están desesperados para que Javier Milei no lleve candidato a gobernador para que el candidato de Juntos pueda derrotar a Kicillof.

El líder liberal, que aprendió mucho de política, no designa a su candidato para que los medios de comunicación que juegan desembozadamente por el macrismo no le tiren el currículum antes del tiempo. No hay ninguna posibilidad de que la Libertad Avanza le haga un favor para que Juntos gane Buenos Aires y señalen que ganen por ellos mismos, ya que siempre dicen que es la única fuerza opositora que hay en el país.

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