Por Guillermo Cherashny.-

La compra de la constructora IECSA de Angelo Calcaterra, el primo del presidente, despertaría sospechas porque el Sr. Mindlin, que se quedó con Edenor durante el kirchnerismo por monedas, por el congelamiento de tarifas, estaba asociado a Joseph Lewis, el magnate inglés dueño del campo Lago Escondido en el sur del país. Lewis es dueño del fondo Tavistock, que mueve 2.800 millones de dólares, y es socio de Mindlin o sería su mandante, o sea que Marcelo Mindlin sería su «testa». Pero el problema no es quién manda a quién sino que Edenor y Pampa Energía -que hace poco compró Petrobras en 900 millones de dólares- está violando la ley por tener integración vertical. En efecto, posee parte de Loma de la Lata Generadora, parte de Transener Transportadora y Edenor Distribuidora, lo que viola la ley sancionada en los años ‘90 que tuvo el beneplácito del establishment porque impedía la formación de monopolios de energía, que ahora se han transformado en una realidad.

Lewis es íntimo amigo del presidente; estuvo en su estancia cuando Obama vino al país y le prestó su helicóptero, lo que trajo algunos problemas legales que no llegaron a mayores. Pero si el magnate británico es el dueño real de Edenor y Pampa, y ahora de IECSA, y si Mindlin fuera su testaferro, estaríamos en graves problemas, ya que se violaría la ley de empresas de energía. La compra de IECSA podría ser simulada y su dueño seguiría siendo SOCMA, es decir, los hermanos del presidente, sus sobrinos y sus hijos.

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