Por Guillermo Cherashny.-

Macron fue dos años ministro de economía de Françoise Hollande, su antecesor en el Palacio del Eliseo, que sucedió a Sarkozy, el primer presidente de la Quinta República, que no pudo reelegir por producto de la crisis económica que se generó en 2008/9 por la caída de Leman Brothers. A Hollande le pasó algo parecido, a lo que se sumó el cansancio del pueblo francés por la crisis de confianza sobre los partidos políticos tradicionales como el gaullismo, es decir, la centroderecha, el socialismo y la izquierda, y el ascenso del Frente Nacional de los Le Pen, que nunca pudieron llegar al poder pero que entraron segundos dos veces en la primera vuelta y perdieron en el ballotage. Emmanuel Macron -como dijimos- fue dos años ministro de economía del socialismo y antes trabajó en la banca Rothschild y se presentó con una nueva fuerza llamada «En Marcha» y, dado su carisma, empezó a crecer en las encuestas pero todavía atrás de François Fillon, el líder naciente del gaullismo y de Marine Le Pen. Pero a Fillon le cayó el escándalo de que su mujer e hijos eran ñoquis de la Asamblea Nacional y cayó en el desprestigio y así se le abrieron las puertas a Macron para disputar el primer puesto con Marine Le Pen. Volviendo a la Argentina, Emilio Monzó fue el arquitecto del triunfo de Macri en el 2015, especialmente ganando la Convención de Gualeguaychú para sumarla a Macri con Ernesto Sanz, que estaba de muy buena onda con Carrió, pero ahora están distanciados.

Monzó, con cuatro años como presidente de la Cámara de Diputados, está distanciado de Macri y Vidal y ahora de Carrió, quien le criticó que elogiara la «rosca política», y, sin espacio en Cambiemos, deslizó que podría ser embajador o volver como intendente de Carlos Tejedor, su pueblo natal. Pero ante la polarización entre Macri con Cambiemos y Cristina, aparece todavía sin fuerza el PJ alternativo que, según la última encuesta de Poliarquía, mide el muy buen porcentaje del 18%. Entonces, allegados a Emilio Monzó piensan que, si el presidente de la Cámara de Diputados pega el salto y forma una nueva coalición, su especialidad, con el PJ alternativo, surgiría una tercera fuerza de una PASO entre Monzó con Urtubey de vice contra Sergio Massa-Miguel Pichetto, que tendría el atractivo de que Monzó «desplume» votantes a Cambiemos porque ni Massa ni Urtubey ni Pichetto pueden «robar» votos a Cambiemos y sólo Monzó y quizás Juan Schiaretti pueden hacerlo. Pero el cordobés primero tiene que ganar como gobernador y tendría que explicar a sus votantes el salto a la presidencia.

Nuevamente los allegados a Monzó dicen que, si el presidente de la Cámara de Diputados se lanza a la presidencia, Schiaretti ganaría mas cómodo la gobernación de Córdoba y Emilio Monzó es «muy buen producto» para «vender» en Córdoba como candidato a presidente ante un Macri que defraudó a los cordobeses.

Monzó fue de la UCEDE, después peronista, donde fue ministro de agricultura de Scioli y renunció cuando se decretó la 125, y sus allegados y el establishment y los grandes medios de comunicación verían con gran entusiasmo esta nueva alternativa política.

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