Por Guillermo Cherashny.-

Emilio Monzó, el principal operador político de Mauricio Macri después de Carlos Grosso y actualmente en el mismo nivel de Jaime Durán Barba, se anotó importantes éxitos recientemente con los acuerdos entre el PRO y la Unión Cívica Radical y con Carlos Reutemann, a quien le prometió ser senador por Santa Fe, aunque no se descarta la candidatura a vicepresidente. Monzó sería plenamente consciente de que la Provincia de Buenos Aires es el agujero negro de la candidatura presidencial de Mauricio Macri y por este motivo y ante la inminencia en junio del cierre de listas 2015, habría tanteado a Francisco de Narváez para que sea candidato a gobernador con María Eugenia Vidal como vice. En principio el empresario dio el sí, aunque aclaró que el jefe de gobierno no lo tiene entre sus simpatías, luego de una larga relación personal que transita entre la amistad y el odio. No hay diferencias ideológicas entre ambos sino problemas personales de polleras, por ciertas conductas de De Narváez que afectaron la sensibilidad del jefe del PRO. Aquél mantiene una imagen positiva en las mediciones y desarrolló muchos proyectos importantes para la provincia. Pero padecería de un problema parecido al del actor norteamericano Michael Douglas y en ese punto chocó con Macri, que ahora viajó a Europa a sacarse una foto con Carlos Tévez. Es sabido que el 9 de la Juventus reparte sus afectos entre Scioli y Macri por igual y no quiere intervenir en la disputa presidencial. Aunque está ansioso por volver a Boca Juniors en cualquier momento, de política no quiere saber nada.

Una situación que se vuelve extrema

Por otra parte, Javier Mascherano y Lionel Messi están contratados por el Banco Ciudad y no tienen problemas en sacarse una foto con Macri, porque sería uno de sus tantos trabajos publicitarios. El caso es que el jefe de gobierno le prometió a Monzó que a su vuelta de Europa le contestaría. Monzó también tentó a Jesús Cariglino, que está en crisis con Massa y propicia que Macri sea candidato a presidente y aquél a gobernador. Sin embargo, la realidad es ninguno de los dos quiere negociar, por lo cual Cariglino estaría ya afuera del Frente Renovador.

El pase del «Colorado» sería importante porque se autofinancia los 130 millones de pesos que costarán las boletas de las PASO más la primera vuelta y los fiscales. En contra le juega el hecho de que carece de un aparato serio para fiscalizar los votos en el segundo y tercer cordón del conurbano. En cambio, el que puede garantizarle a Macri buena parte de ese control es Cariglino, que cuenta con dirigentes en todo el conurbano y «hombres duros» para bancarse las apretadas. Como dijimos, para estos servicios se necesita una suma parecida a los 130 millones del costo de las boletas electorales, es decir, cerca de 150 millones de pesos. Pero el «cartonero Báez», como Diego Maradona llama a Macri y sus alter egos Nicolás Caputo y el Ministro de Ambiente y Espacio Público Edgardo Cenzon no soltarían semejante caja bajo ninguna circunstancia. Así las cosas, estas maniobras apuntan a desmoralizar a Massa, que de ninguna manera se bajará de su candidatura y está dispuesto a seguir hasta el final, aunque se quede solo con un puñado de dirigentes y su esposa Malena Galmarini. Más allá de lo adverso de la situación para él, Massa cuenta todavía con mucho aparato en la provincia de Buenos Aires y es la piedra en el zapato para Macri y Scioli.

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