Por Guillermo Cherashny.-

Morgan Stanley, el banco de inversión de Wall Street que el año pasado dijo que saldríamos de la categoría de país fronterizo para pasar a ser emergente, es decir, que sería susceptible de recibir inversiones de fondos importantes del exterior, el martes decidió que quedáramos como fronterizo por un tiempo más. Al mismo tiempo ocurrió lo que vienen señalando los economistas Javier Milei y Diego Giacomini, quienes desconfiaban de este «veranito financiero» por las buenas señales del exterior, que no duraría mucho, y hablaban de fin de febrero, porque la demanda de dinero se recompuso ficticiamente con la tasa de interés de las LELIQs, que arrancaron en el 70% y que en este verano bajaron a menos del 45%, y los bancos, que le pagaban al público el 50% anual, empezaron a pagarle sólo el 35%, lo que motivó que 50.000 millones de pesos de depositantes se fueran a comprar dólares y encima la inflación de enero al 2,9% y la de febrero, que estaría entre el 3,5 y el 4%, provoca más recesión de la que hay y que hasta ahora no tiene piso y encima empuja la dolarización de carteras.

Desde marzo, las divisas de la cosecha gruesa pueden ayudar a ponerle un límite a la suba del dólar, pero a medida que aparezcan las encuestas que muestran una baja pronunciada de la imagen presidencial y también de la intención de voto, como pasó en La Pampa, donde la UCR derrotó en las primarias al PRO por paliza, y el radical cordobés Ramón Mestre no aceptó las presiones de la Rosada en dejar como candidato a gobernador a su correligionario Mario Negri y obligarlo a una interna, por lo cual rebeldía radical es una muestra de la debilidad de Macri en este momento político.

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