Por Guillermo Cherashny.-

Quienes vieron en estos días a Hugo Moyano, lo ven como un hombre defraudado en su confianza, que aportó por el triunfo del actual presidente en las elecciones del 2015, desde el punto de vista monetario, con varios millones de pesos, y con 2000 fiscales en la provincia de Buenos Aires en las PASO, primera y segunda vuelta, para que no le metan el perro en el comicio.

También se queja de que fue usado por Macri y Angelici para cerrarle las puertas a la AFA a Marcelo Tinelli y que la presidencia de su yerno Tapia es un dibujo, porque Angelici es el presidente de hecho del fútbol, lo que le valió la enemistad no sólo de Tinelli sino de Rodolfo D’Onofrio.

El veterano líder camionero dice que no «arrugó» con la dictadura militar, ya que fue uno de los pocos dirigentes sindicales opositores, y que se «comió» una opereta de Menem cuando, a través de Jorge Triaca padre, por pedido de Alfredo Yabrán, le pusieron droga en su auto y lo detuvo el juez Zito Soria, que después fue expulsado por un juicio político.

Apoyó a Duhalde para que la Argentina saliera del pozo y también porque crearon el subsidio al gas oil, y con Kirchner expandió su gremio en forma exponencial, aunque con métodos extorsivos les robó afiliados a otros sindicatos y finalmente, cuando Cristina obtuvo el 54%, se le puso enfrente en un momento en que todo el peronismo la apoyaba.

El camionero dice que Macri lo ninguneó en estos dos años de gobierno y él no reaccionó pero lo empezó a odiar cuando Pablo Moyano habló de la «Banelco» para sancionar la reforma laboral, de ahí que ese proyecto fracasó, y que Macri intentó reflotar en febrero, pero Pichetto le dijo que, si no apoyaban Pablo Moyano y Sergio Palazzo, el peronismo no respaldaba esa ley y ahí aparecieron las causas penales y los informes de la UIF y de la AFIP y que le inventaran las causas en el Club Independiente, que él considera que lo sacó del infierno y lo puso en orden.

Macri, según Moyano quiere flexibilizar el convenio colectivo de los camioneros y lanzar los bitrenes, es decir, los camiones con doble acoplado, que Moyano está dispuesto a conversar pero de ninguna manera va a aceptar que el presidente le imponga su voluntad diciendo que Moyano es el pasado y Cambiemos el futuro venturoso. De ahí que señale que no sólo no teme ir preso a Ezeiza o Marcos Paz sino que desde ahí comandará la resistencia hasta que le quede la última gota de sangre. Esta última afirmación del camionero, que expresa un gran dramatismo, quiere demostrar que está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias. La pregunta es si el gobierno estará dispuesto a lo mismo que Moyano.

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