Por Carlos Tórtora.-

El allanamiento del jueves en el Sindicato de Camioneros puso sobre el tapete la agudización de la situación procesal de Hugo Moyano.

El procedimiento se realizó a partir de un exhorto librado por el juzgado de garantías N° 1 de Moreno, a cargo de Adriana Alicia Julián. La fiscalía investiga denuncias presentadas contra representantes del sindicato respecto de maniobras extorsivas sufridas por empresarios del transporte, vinculadas al otorgamiento de habilitaciones para sus choferes.

Este dato coincide con el siguiente: el líder de los camioneros fue citado a prestar declaración indagatoria por la denuncia de la compra millonaria de cinco inmuebles en la ciudad de La Falda. La citación la realizó el Juzgado Federal N° 2 de la ciudad de Córdoba y Moyano deberá presentarse el 31 de mayo.

¿Antes o después?

El jueves algunos integrantes de su entorno daban como muy probable que el gobierno, necesitado de hechos contundentes que distraigan a la opinión pública del tarifazo y la suba del dólar, impulse a la brevedad el dictado de la prisión preventiva de aquél en alguna de las múltiples causas penales que tiene abiertas. El gobierno lleva un minucioso seguimiento de las tendencias de la opinión pública y tiene en cuenta que, luego de la exitosa movilización convocada por Moyano en la 9 de julio el 21 de febrero pasado, la imagen positiva de Macri subió algunos puntos. Un claro indicador de que parte de la clase media se asustó con la idea de un retorno del sindicalismo duro al primer plano.

Ahora la situación tiene matices más dramáticos, porque el gobierno todavía no salió de la crisis cambiaria y a su vez el moyanismo se ve obligado a responder al aumento de la inflación y el anuncio de nuevos ajustes en el contexto de las negociaciones con el FMI. Moyano se manejaría ahora entre opciones de hierro. Por ejemplo, debe decidir si anuncia el plan de lucha contra el ajuste y el FMI de inmediato. De elegir este camino, una eventual prisión preventiva de aquél sería leída como la respuesta político-judicial al plan de lucha. Pero si los hechos fueran a la inversa y Moyano fuera preso antes de ponerse a la cabeza de un plan de lucha, este último podría aparecer como una respuesta a lo primero. Mientras se decide, el jefe de los camioneros trataría de convencer a sus pares de los gremios que lo siguen que, si él cae ante la justicia, nadie en la dirigencia estaría a salvo porque quien puede lo más puede lo menos.

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