Por Guillermo Cherashny.-

El peronismo siempre ha calificado a sus opositores como «gorilas» y a lo largo de su existencia hubo el gorilismo de derecha, generalmente golpista, y el de izquierda, que también apoyó la revolución libertadora, como el partido comunista. Pero desde fines del los años sesenta apareció un nuevo gorila de izquierda, encarnado por los Montoneros, FAR y FAP, que durante el kirchner-cristinismo se transformó en el gorilismo populista que denostaba a Perón porque los echó de la Plaza de Mayo y los persiguió con la Triple A.

Pero los doce años de kirchnerismo crearon un nuevo gorila que no sólo se caracteriza por el antiperonismo sino por condenar al populismo, al cual le suma el tradicional avasallamiento de las instituciones republicanas que caracterizó históricamente al justicialismo.

El nuevo gorilismo institucional es fuertemente republicano y heredero de la grieta que dejó el cristinismo, que la profundiza incluyendo no sólo a los K sino a Massa, De la Sota, Stolbizer y a la derecha liberal, y se caracteriza por un fanatismo ciego como el gorilismo histórico. Pero la diferencia que tiene con el anterior es que identifica con la corrupción a todos los que atacan a Mauricio Macri, quien tiene una larga trayectoria como empresario corrupto, pero creen que va por el bronce y no por los dólares. Pero los hechos son distintos. En efecto, la corrupción sigue, como pasaba con los K, porque están los casos del correo, el soterramiento del Sarmiento -que de 2000 millones de dólares pasó a 3000-, la vinculación con Odebrecht -como el caso de Gustavo Arribas, el jefe de la AFI- y los negocios de Dietrich en el transporte.

Sin embargo, el «gorila institucional» no quiere ver que la corrupción reina en nuestro país o simplemente no lo cree y piensa que es un invento de C5N y su fanatismo impide ver la realidad de negocios espurios en toda la administración actual y postean que los únicos corruptos son los «peronchos», el otro nuevo sujeto social que identifica al peronismo con corrupción, clientelismo, populismo y mafia, que en parte tienen razón pero no todo el peronismo es como ellos lo pintan.

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