Por Carlos Tórtora.-

El gobierno no encuentra la forma, probablemente porque no existe, de reabrir progresivamente la economía sin levantar la cuarentena. Esto hace que Alberto Fernández se refugie en la tendencia dominante en Europa y Latinoamérica; extender el aislamiento social con flexibilizaciones mínimas que no alteran lo sustancial. Ante el desconocimiento de cómo evolucionará la curva del contagio, ésta es una actitud comprensible.

Sin embargo, en el caso particular de Argentina, la nueva recesión que se cierne se suma a la ya existente. Algunos de los interrogantes claves los planteó José Luis Espert en un reciente programa de radio: “El hecho de que nadie esté produciendo, que nadie venda nada, va a hacer que la gente no pueda pagar los impuestos y, si no pagan los impuestos, yo les pregunto a todos los políticos qué van a hacer con el gasto público”. Y remató: “la recaudación que recibe Argentina por impuestos es de 8.5 billones de pesos” y “si cae un 30%, como señalan algunos gobernadores, estamos hablando de 2 billones, casi 3 billones de pesos, ¿cómo van a hacer para financiar eso?”

El argumento de priorizar la salud no es razón suficiente como para que el gobierno no se avoque a analizar esta perspectiva económica.

Real politik

Hablando en términos de realpolitik, el capital político que Alberto está acumulando a partir de haber instalado el aislamiento social antes que muchos países, podría diluirse si la salida de la cuarentena se da en el marco de una descontrolada crisis económica, con una feroz puja sectorial por conseguir la asistencia financiera del estado.

Por ahora las encuestas siguen mostrando una tendencia firme de apoyo a la gestión de la crisis por parte del gobierno, pero nadie sabe qué pasará si se pretende extender la cuarentena hasta mayo. Se trata de una cuenta regresiva hasta un punto donde la gravedad de la situación económica empiece a pesar más que el riesgo de contagio. Afortunadamente, los números que exhibe el país en materia de contagio y de muertes permiten ser optimistas. Lo cierto hoy por hoy es que no se encuentra la forma de flexibilizar la cuarentena lo suficiente como para reactivar la actividad económica. En verdad, ningún país encontró cómo hacerlo. Con el respaldo de los especialistas en la materia, Alberto probará este fin de semana con una segunda prórroga del aislamiento.

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