Por Guillermo Cherashny.-

El matutino Clarín editorializó que hay una fisura entre Alberto Fernández y Sergio Massa por la crisis venezolana y acentúa la gravedad de estos diferentes puntos de vista, porque se da entre el futuro presidente y el titular de la cámara baja, a diferencia de cuando declaran marginales como Horacio González, Juan Grabois o Mempo Giardinelli. En efecto, Sergio Massa contesta siempre que considera al régimen venezolano como una dictadura y lo dice en nuestro país y recientemente en los Estados Unidos y no es ninguna fisura si se entiende al Frente de Todos como lo que es, es decir, una coalición de diferentes partidos donde es cierto que Unidad Ciudadana y el PJ son los socios mayoritarios pero el Frente Renovador de Sergio Massa es otro partido distinto, que tiene opiniones distintas en algunos temas como Venezuela y en el campo de la seguridad, donde se opone al garantismo de los Zaffaroni. Eso se sabía cuando se formalizó el Frente de Todos para formar una nueva mayoría como se obtuvo en las PASO del 11 de agosto, donde el FR sumó votos suficientes para llegar a arañar el 50% de los votos. Lo mismo pasa con Juan Manzur, el gobernador de Tucumán, que pertenece a la religión cristiana maronita, donde es uno de los diez líderes más importantes fuera del Líbano, así fue que viajó muchas veces a los Estados Unidos, donde se mostró cercano a las políticas económicas que se implementaron en Chile, Perú y Colombia. Además, tuvo un exitoso viaje al estado de Israel, donde fue muy bien recibido, más teniendo en cuenta que los cristianos maronitas del Líbano son aliados históricos de Israel. Por tanto, las diferencias en materia de política exterior o de seguridad no hacen más que fortalecer al Frente de Todos, como ocurrió estos días cuando Matías Lammens, el candidato a jefe de gobierno de CABA, no estuvo de acuerdo con las actitudes de Victoria Donda con la policía, aunque apoyó que no se detenga a un vendedor ambulante.

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