Por Carlos Tórtora.-

La inseguridad de la mayor parte de las encuestas en relación a si habrá o no segunda vuelta está generando un escenario electoral particular. Convencido de que no tiene margen alguno para diferenciarse del cristinismo, la campaña de Daniel Scioli va girando hacia la resignación. De acá al 25, la campaña naranja seguiría el ritmo de CFK -que ya está sintiendo el esfuerzo físico- y se descarta que el gobernador intente plantear alternativas que ofendan la sensibilidad del kirchnerismo. La única precaución importante pasará por evitar aparecer muy seguido en público con Aníbal Fernández. En este sentido, los encuestadores del sciolismo apuestan a que la ofensiva de Sergio Massa le restará más votos a CAMBIEMOS que al FpV, aunque no hay garantías de que llegue al 45% que evitaría el ballotage. De hecho, las usinas oficiales están alentando la supuesta existencia de una escalada de Massa, que incluiría la posibilidad de doblegar al ballotage. Para el macrismo, se trata simplemente de acción psicológica y sostiene que Massa sigue 10 puntos abajo del Jefe de Gobierno. La idea del gobierno sería instalar a cualquier precio que Macri y Massa están peleando codo a codo, lo que incentivaría que ninguno de los dos supere los 30 puntos.

El blanco más rentable

El caso es que las circunstancias hacen que le toque a Macri dar el paso al frente y ocupar el centro del ring para asegurarse el pase a segunda vuelta. Esta obligación no coincide con la tradicional actitud cautelosa del Jefe de Gobierno, que siguió hasta ahora puntillosamente los textos de Jaime Durán Barba, que establecen que para ganar no se deben adoptar actitudes agresivas y es mejor aparecer como víctima de las agresiones del gobierno. Sin embargo, la necesidad es hereje y en el entorno de Macri, empezando por su amigo Nicolás Caputo, crece la presión para que dé el paso al frente, aproveche las vulnerabilidades de Aníbal Fernández y se plante como el líder de la lucha contra el narcotráfico. Claro que en el equipo de campaña del PRO ya saben que, si Macri sale a pegar, habrá nuevas operaciones sucias contra varios candidatos de CAMBIEMOS.

Por su parte, Massa estaría decidido a no dejar que Macri retome la iniciativa y le quite su lugar privilegiado en la vidriera, por lo que se ve venir una nueva confrontación entre opositores.

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