Por Carlos Tórtora.-

Horacio Rodríguez Larreta se llamó a silencio después de las elecciones pero a la vez puso en marcha una ofensiva global para hegemonizar el control de Juntos por el Cambio. Es así que puso a Jorge Macri en funciones como Ministro de Gobierno de la Ciudad, con la misión central de sumar definitivamente a los intendentes opositores del conurbano al proyecto presidencial del jefe de gobierno. Macri privilegia el alineamiento de los grandes municipios que detenta el PRO. Esto es, Héctor Gay, de Bahía Blanca; Guillermo Montenegro, Mar del Plata; Julio Garro, La Plata, y Néstor Grindetti. El larretismo da por hecho que no podrá armarse una lista que compita en su contra si estos cuatro municipios -más Vicente López- permanecen unidos. Los intendentes del PRO del interior de la provincia se verían presionados por semejante despliegue.

El paso al frente de Lousteau

La otra maniobra de la estrategia larretista es bastante más escandalosa y recién comienza. Se trata de la división de la UCR, por lo menos en Diputados. El bloque disidente, con Rodrigo de Loredo y Emiliano Yacobitti a la cabeza, debilita al frente interno que se viene armando en torno a los tres gobernadores de la UCR, Rodolfo Suárez (Mendoza) Guillermo Valdez (Corrientes) y Gerardo Morales (Jujuy). El bloque disidente apunta a complicar la llegada de Morales a la presidencia del Comité Nacional y a la candidatura a presidente. Entre otras cosas, la ruptura que encabeza Martín Lousteau tiende también a dificultar un acuerdo entre Morales y Patricia Bullrich para enfrentar a Larreta en las PASO.

En el plan de Larreta, toda resistencia en el PRO a su candidatura debería quedar neutralizada para mediados del año que viene. Quedan incógnitas, como la reacción que tendría Mauricio Macri ante esta ofensiva. En el entorno del jefe de gobierno apuestan a que el ex presidente terminará dando un paso al costado conformándose con que el PRO lo respalde ante la creciente persecución judicial que sufre.

En materia de especulaciones, se habla de que, con su ruptura de la UCR, Lousteau podría estar afianzándose como candidato a la sucesión de Larreta, quedando así fuera de carrera María Eugenia Vidal.

Por su parte, el gobierno, ante el avance de Larreta, optaría por incentivar también bajo cuerda el protagonismo de Macri por la persecución judicial, para que éste siga siendo el centro de la polémica en la oposición, lo que le resta a Larreta.

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