Por Carlos Tórtora.-

En el acto que encabezara horas atrás para homenajear a Raúl Alfonsín, el actual embajador en los EEUU Martín Lousteau oficializó que competirá en el 2019 por la jefatura de gobierno porteña. En términos de mayor proximidad, los presentes en el acto, en su mayor parte radicales, interpretaron que está implícito que Lousteau apoyará una lista para diputados de la Ciudad que haga frente a la del PRO en la primaria de CAMBIEMOS del año entrante.

No es casual que el tema de las elecciones locales empiece a emerger repentinamente. Ayer hubo una reunión a puertas cerradas en el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad en la que se analizaron las alternativas que puede adoptar el PRO en relación a las urnas.

El comentario generalizado es que Horacio Rodríguez Larreta no por nada viene municipalizando al máximo su discurso y su acción de gobierno, no entremezclándose en temas del orden nacional. El desgaste que está mostrando Mauricio Macri en muchas encuestas puede arrastrar hacia abajo el voto del PRO en la Capital, donde se destaca la ampliación del Metrobus y algunas obras importantes, pero también la crisis de seguridad y el corte salvaje de calles con mayor intensidad que cuando gobernaba CFK. En el reducido entorno político de Larreta, donde se destaca Diego Santilli, empezaría a pesar la idea de despegar la elección de diputados locales de la de diputados nacionales, una maniobra casi inédita. De este modo, sostienen, se podría realzar la gestión local y evitar que el mal humor nacional impacte demasiado en las urnas porteñas. En fin, tratar de separar la tortuosa marcha de la economía de las cuestiones porteñas.

Casi ya

Los técnicos en la materia electoral, al analizar este proyecto, llegaron a conclusiones que ya están poniendo nerviosa a la dirigencia política. Se calcula que las PASO nacionales serán en agosto. Por lo tanto, las elecciones locales, para no superponerse, deberían convocarse como mucho para julio -mes además de vacaciones de invierno-. Esto significaría que las PASO locales serían en abril o a más tardar en mayo y que dos meses antes la ciudad estaría en plena campaña. En otras palabras, en marzo. Como las fechas mandan, el decreto de convocatoria del Jefe de Gobierno debería ser inminente, en el caso de que la decisión política se tome.

De este modo, si el PRO opta por intentar preservar su capital electoral local de una ola crítica nacional, la ciudad estaría a semanas de entrar en campaña en medio de una fuerte incertidumbre acerca de quiénes podrían encabezar las listas para una Legislatura donde hoy, salvo excepciones como Graciela Ocaña y Gustavo Vera, el perfil de sus miembros es bastante bajo.

A todo esto, en La Plata, María Eugenia Vidal y su equipo miran con extremo interés el probable desdoblamiento porteño, porque influiría sin duda en la elección bonaerense. Un PRO que reafirme su predominio local les transmitiría a sus correligionarios bonaerenses una cuota de seguridad y a la inversa.

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