Por Carlos Tórtora.-

En la compleja situación que vive JxC, dos grandes alternativas se le abren en lo inmediato. En la primera, la coalición opositora tendría unas PASO reñidas el 13 de agosto pero habría un claro ganador. Con un triunfo categórico, Horacio Rodríguez Larreta o Patricia Bullrich se verían reforzados ya como candidatos y podrían sacar para la campaña electoral a JxC de su actual paralización asegurándole un lugar en el inevitable ballotage. La idea de que la actual crisis de JxC sólo se terminará cuando haya un jefe consagrado por los votos va ganando terreno a medida que queda en claro que, después del eclipse del liderazgo de Macri, lo que le falta a JxC es un jefe.

El segundo escenario es más complejo. En el mismo habría un virtual empate -que hoy es lo que dicen las encuestas- entre Larreta y Bullrich y el ganador emergería con un importante grado de debilidad. Imaginemos, por ejemplo, qué pasaría si Larreta gana las PASO por unos pocos votos y encima Jorge Macri es electo como candidato a Jefe de Gobierno. Otro factor que complicaría las cosas es si un resultado de virtual empate termina con impugnaciones y escándalo judicial. Si el candidato de JxC no es entonces un ganador claro, podría perder apoyo en una sociedad marcada por la desconfianza y el rechazo. Esto, a su vez, comprometería las chances de JxC de llegar al ballotage o de ganarlo.

Riesgo en aumento

Como van las cosas, los riesgos de que el segundo escenario se concrete parecen ir en aumento. Larreta y Bullrich no acordaron para la PASO bonaerense y llevarán cada uno su propio candidato a gobernador -Diego Santilli y Néstor Grindetti. Y lo más probable es que tampoco acuerden en las listas para legisladores provinciales e intendentes -salvo en algunos pocos distritos-, lo que profundiza la división del PRO.

Un ejemplo del encarnizamiento es, por ejemplo, lo ocurrido en San Miguel, donde uno de los principales operadores de Bullrich y caudillo de San Miguel, Joaquín de la Torre, reaccionó reclamando que Larreta se baje de su candidatura luego de que éste fuera a apoyar como candidato a intendente a Max Perkins, rival de aquél.

En estas condiciones de beligerancia, la PASO no definiría sólo a un candidato sino a un jefe de la oposición. El caso es que el esquema más afín a la socialdemocracia que sostiene Larreta es completamente diverso al planteo liberal de Bullrich. Esta grieta se acentuaría en caso de ganar ésta las primarias, porque ella saldría a disputarle a Javier Milei el voto de derecha.

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