Por Guillermo Cherashny.-

La estrategia de Jaime Durán Barba, Marcos Peña y Macri fue siempre apurar la polarización con Scioli y presionar así a los votantes de Massa, Stolbizer y Lousteau para que adhieran a CAMBIEMOS ante el enemigo común.

El curso de los acontecimientos hizo que las cosas se complicaran. Macri no cultivó, más bien todo lo contrario, la simpatía de los otros opositores y esto habría producido cierto estancamiento en su intención de voto desde la Convención Nacional de Gualeguaychú hasta ahora. Así llegamos a la noche del 19 de julio, con los medios festejando a Lousteau como si hubiera ganado la elección. Entonces el jefe del PRO optó por un inesperado discurso estatista y populista con la idea de entrar en el voto massista, con resultados por lo menos inciertos. A todo esto, Massa recuperó terreno y la propuesta del PRO quedó en alguna medida distorsionada. El contraataque del PRO fue instalar fuerte la polarización en la etapa final de la campaña, idea a la que se sumó Scioli y muchos de los principales encuestadores. Hoy Macri está a aproximadamente a 10 puntos de Scioli pero sumando sus aliados se le acerca un poco. Un dato importante es que la elección porteña del 19 de julio mostró una importante aglutinación de sectores heterogéneos bajo el signo común del antimacrismo. Si esto expresara una tendencia nacional, se le complicaría mucho a CAMBIEMOS ganar en segunda vuelta, en caso de que la haya. El voto en blanco está en niveles parecidos a los del 2011, es decir, en el 5%. Entonces, a lo que Scioli obtenga en las PASO habría que agregarle varios puntos más en la primera vuelta y con la posibilidad de agregar algunos puntos de votantes de UNA y alcanzar entonces el 45%.

Pensando en el ballotage

Por el contrario, Macri sumaría muy poco del caudal de UNA porque, si bien los massistas son anti-k, suelen ser aún más antimacristas, ya que cuestionan los tonos neogorilas del discurso del PRO. En cuanto al público de Stolbizer, es obvio que puede ensancharse con votos radicales pero su línea progresista lo enemista con Macri. Así las cosas, un dato de vital importancia es qué porcentaje obtendrá el domingo Macri sin sus aliados para ver si crece su por ahora pequeña chance de ganar en una eventual segunda vuelta, aunque el voto en blanco favorece al que sale primero, como pasó en la Capital Federal.

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