Por Hernán Andrés Kruse.-

Daniel Oyarzún, carnicero de la ciudad de Zárate, quedó detenido luego de matar con su auto a uno de los ladrones que habían ingresado a su comercio. Horas más tarde numerosos vecinos se apersonaron a la intendencia para reclamar a su titular por la liberación del carnicero y por la ola de inseguridad que azota a la ciudad desde hace mucho tiempo. El presidente de la nación se refirió a esta cuestión: “quiero decir que más allá de toda la reflexión que tenga que hacer la Justicia en la investigación, si no hay riesgo de fuga porque es un ciudadano sano, querido, reconocido por la comunidad, él debería estar con su familia tranquilo, tratando de reflexionar todo lo que pasó, mientras la justicia decide por qué pasó, por qué sucedió esta muerte que tuvimos”. En una entrevista radial el primer mandatario expresó que “en esta década que pasó, otra de las tantas mentiras era decir que acá no había problemas de inseguridad. Acá hay problemas graves de inseguridad. Acá hay problemas graves de inseguridad que llevan a la desesperación, que llevan a situaciones como las del carnicero”. Claudio Avruj, secretario de Derechos Humanos de la Nación, aclaró que “en ningún momento el presidente avaló lo sucedido en Zárate. Se limitó a marcar la gravedad del asunto”. Y Germán Garavano, ministro de justicia, dijo desde Córdoba que “en general es un pedido de todo el país. Cada vez más necesitamos que el sistema de justicia penal envíe señales claras a los que violan la ley. Consideró que “la justicia por mano propia no ayuda en este proceso, sino que agrava y profundiza la situación”. Resulta por demás evidente que el presidente pronunció un discurso apoyado por amplios sectores urbanos cuyos votos le permitieron vencer a Daniel Scioli en el balotaje. Sus palabras fueron muy bien calculadas por Macri, actuando en esta oportunidad como un ingeniero. El caso del carnicero pone en evidencia la delgada línea que separa la legítima defensa del homicidio simple. Si actuó en defensa propia nada se le puede reprochar pero si la forma en que atropelló al delincuente fue fruto de un accionar meditado, entonces no sería extraño que haya cometido un homicidio. Al menos así lo piensa el fiscal del caso. Esta tragedia, similar a tantas otras que se producen en el país con harta frecuencia, pone de manifiesto que lenta pero inexorablemente la sociedad va abandonando los códigos que imperan en la civilización para orientarse en función de las reglas de la selva. El Estado va perdiendo (si es que ya no lo hizo) el monopolio del uso de la fuerza, característica central de todo estado civilizado según Max Weber.

El mensaje del presidente fue duramente criticado. Claudia Cesaroni, directora del Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos, expresó a Página 12 que “paradójicamente es lo que venimos diciendo desde siempre, que sí, que corresponde que lo liberen (a Oyarzún) pero que liberen al resto, a todos los que están en la misma condición. Y ahí viene el problema. Porque en segundo lugar, el problema es lo que está diciendo, lo que debe ser, que “éste es un ciudadano sano, con buena familia, merece quedar libre”. Este binomio carnicero/delincuente, médico/delincuente deja en claro que de un lado se es alguien y del otro nado se es nada. Eso, viniendo del presidente habilita cualquier tipo de actitud, cero empatía con el que no es nada, lo podés aplastar contra un árbol, lo podés golpear, matar cuando está atrapado y en el suelo. Me preocupa cuando el presidente habla y habilita a todas estas cosas, es de una gravedad preocupante”. Adrián Martín, presidente de la Asociación Pensamiento Penal, sostuvo que “de la enorme cantidad de personas detenidas en nuestro país, más de las dos terceras partes están presas sin condena por delitos mucho menores que el que le adjudican a esa persona (en referencia a Oyarzún). Son presos por robos, depende del caso más o menos violentos, pero delitos contra la propiedad. Y de hecho, en general, no hay ningún peligro de fuga porque la fuga (que exige especialmente contactos y soporte económico) sólo puede cumplirse a unas pocas cuadras. La selectividad del sistema penal elige a los sectores más vulnerables de la población y entre esos imputados se dan parámetros ineludibles en todos los casos: escuela primaria incompleta, trabajos sumamente precarios, algún consumo conflictivo de estupefacientes desde muy temprana edad, situaciones que el Estado debería haber previsto y que no previó. En muchos casos se trata de prisionizaciones de jóvenes sin responsabilidad penal. Esos conforman la mayoría de las personas privadas de libertad en nuestro país y más de las dos terceras partes, con prisión preventiva. Esa situación sobre el peligro de fuga que mencionó el presidente sería interesante que fuera pensada más en general, y en particular con los sectores más vulnerables de la población y para pensar políticas públicas de inclusión”. Roberto Cipriano García, secretario de la comisión Provincial de la Memoria, denunció como “gravísimas las declaraciones del presidente porque estimula la ilegalidad, está convocando a que se cometan delitos. Porque lo que hizo Oyarzún es un delito común. Si fue víctima de un robo y la persona que lo robó se escapó, no puede tener ninguna de esas reacciones, porque la solución no está en sus manos. Lo que tiene que hacer es llamar a la policía. No es un caso de legítima defensa, tampoco es emoción violenta, porque en todos los casos se trata de un desplazamiento temporal que transforma lo que hizo en otro delito. Termina siendo una respuesta extemporánea. El carnicero pensó en perseguirlo, pensó en subir al auto, pensó en atropellarlo y matarlo. Sabía lo que estaba haciendo. Por otro lado, lo que dijo el presidente es estigmatizante, prejuicioso y discriminatorio. Cuando dijo que no había riesgo de fuga porque “es un ciudadano querido, reconocido por la comunidad”, y que “debería estar con su familia tranquilo, tratando de reflexionar todo lo que pasó”, lo que dijo es que hay ciudadanos de primera y de segunda. Quedó claro que piensa que la vida de un ciudadano vale más que la de otro. ¿Qué sociedad nos está proponiendo al justificar estos hechos delictivos? Son declaraciones que degradan su investidura y a la democracia. Por un lado propone una sociedad que dialogue pero por el otro promueve la violencia cuando sostiene estos actos injustificables. Además, claro, sostiene la idea de que la muerte de determinadas personas no importan y no son graves, y se resuelven reflexionando en casa” (fuente: Horacio Cecchi, “Jugar con fuego con un ojo en las encuestas”, Página 12, 16/9/016).

Secundado por el viceministro Pedro Lacoste y los secretarios de Hacienda, Gustavo Marconatto, y Finanzas, Luis Caputo, el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, expuso en la comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados los principales lineamientos del Presupuesto para 2017. El gobierno estima un crecimiento del 3,5 por ciento, lo que implica un rebote de la economía en relación con la recesión prevista en 1,5 por ciento para 2016. Esta caída se relaciona con una “contracción del consumo y de la inversión, en conjunto con el aporte negativo de parte de las exportaciones netas”. El ministro consideró que “para algunos es una pauta conservadora, pero nosotros creemos que, si podemos cumplirla, será el crecimiento más alto de los últimos seis años, y que esto traerá aparejado una mejora en el empleo”. El gobierno también tiene previsto un aumento del consumo interno del orden del 3,5 por ciento y de la inversión del orden del 14,4 por ciento. El saldo comercial será negativo en 1688 millones de dólares (casi el triple del rojo estimado para 2016 que asciende a los 646 millones). En efecto, el gobierno estima que el deterioro del balance comercial se irá agravando en los próximos años y en 2019 será de 5000 millones de dólares. Sin embargo, el plan oficial no tiene previsto revertir este déficit y apunta a un aumento de las importaciones por encima de las exportaciones para el período 2016/019, lo que significa que en 2017 el saldo comercial será negativo, como se expresó precedentemente, en 1866 millones; en 2018, en 3800 millones de dólares, y en 2019, en 4929 millones de dólares. Para el año que viene el gobierno tiene previsto un tipo de cambio promedio de 17,92 pesos por dólar y luego subiría a 21,21 en 2018 y a 23,53 en 2019. Vale decir que el gobierno promete más devaluación de aquí al fin del mandato de Macri. En 2017 el dólar subiría un 19,5 por ciento estimando el gobierno que, para no perder competitividad vía tipo de cambio, la inflación se ubicará por debajo de ese porcentaje. Prat Gay hizo referencia a un tema prioritario para el gobierno: la reducción del déficit fiscal. A principios de 2016 el gobierno había estipulado que en 2017 se limitaría al 3,3 por ciento del PIB. “Por la situación macroeconómica y por lo mucho que tenemos que hacer respecto a la situación de pobreza en el país, si seguíamos ciñéndonos a esa meta hubiese sido necesario buscar otras partidas o hacer un ajuste fiscal que no queremos hacer”, aseguró el funcionario, quien confirmó que ese tope será elevado al 4,2 por ciento. El ministro utilizó la ley de reparación histórica de los jubilados (que provoca un incremento del gasto en un 0,4 por ciento porcentual del PIB) y “el cambio en el cronograma para la eliminación gradual del subsidio a los ricos” para justificar esa diferencia. Y agregó: “para continuar con el gradualismo que planteamos desde el comienzo, estipulamos que el déficit será 4,2 por ciento, lo que es todavía alto, pero evitará meterle más presión a la economía”. “En caso contrario se matará la incipiente recesión de la economía; perdón, la recuperación”. Detalló los recursos y gastos incluidos en el proyecto de ley: los recursos corrientes serán de 1.879.131,6 millones de pesos (un aumento del 22,4 por ciento), correspondiendo el resto a capital (367,4 millones), con una disminución de 5,3 por ciento (fuente: Cristian Carrillo, “Más deuda, más déficit y una promesa del 3,5”, Página 12, 16/9/016).

El presidente participó del cierre del Foro Económico celebrado en el Centro Cultural Kirchner. “Nos acostumbramos a tener una gran cantidad de normas con mucha exigencia y cero nivel de cumplimiento. Vamos hacia un esquema de pocas reglas pero claras. Queremos que el Estado los acompañe y no sea un obstáculo”, señaló. “Cuando vinieron nuestros abuelos no había internet ni whatsapp, sin embargo pudieron emprender y crecer. Hay que creer en esa fuerza que tenemos”, enfatizó. Por su parte, el Ministro de Producción, Francisco Cabrera, hizo referencia a los funcionarios de la agencia nacional de inversiones, quienes “tienen que facilitarle la vida a los inversores, quitarle obstáculos y desburocratizar la economía”. También expresó que “esto ha sido muy exitoso. Ha tenido una cobertura de prensa nacional que ha dominado prácticamente la agenda, y también a nivel internacional. No hay dudas de que la Argentina ya está en ese tablero de las inversiones nacionales”. Además, recordó que “la idea de este foro empezó en enero cuando el presidente y el jefe de Gabinete Marcos Peña volvieron del Foro de Davos y dijeron que “tenemos que hacer algo”. Lo debatimos y dijimos que primero había que hacer un orden de la macroeconomía”. Por su parte, Galperín (Mercado Libre) elogió la ley pyme y manifestó en sintonía con el presidente de la nación que “hay muchas oportunidades y este es el momento para invertir”. Souviron (Despegar) dijo que “las cosas en Argentina llevan su tiempo” y fue en ese momento cuando Macri lo interrumpió aclarando “llevaban”. “Cuanto más trabajen, más valor van a crear”, enfatizó Souviron. Migoya (Globant) aprovechó la oportunidad para reconocer algunas bondades del gobierno de Cristina: “hay algunas cosas muy buenas que surgieron en los últimos años como es una clase de empresarios emprendedores con nuevos valores, que apuestan a la competitividad, con visión global y que piensan en el largo plazo. Es una nueva generación que quiere hacer crecer al país más de lo que lo hicieron crecer los empresarios anteriores” (fuente: Javier Lewkowicz, “En qué te han convertido, Ballena Azul”, Página 12, 16/9/016).

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